Por: Vianney Martínez Pérez
Autlán de Navarro, Jalisco. 29 de agosto de 2022.-(Letra Fría) Durante la última homilía del mes de agosto, el obispo de la Diócesis de Autlán de Navarro, Rafael Sandoval Sandoval, explicó a la feligresía el significado del «discernimiento espiritual» y sus consecuencias, así como el impacto de la humildad en las relaciones humanas y el campo espiritual.
La Catedral de la Santísima Trinidad en Autlán de Navarro, fue el escenario para llevar a cabo la última eucaristía del mes de agosto. Entre cánticos y acordes musicales, los fieles presentes en la celebración católica entonaron el inicio de la ceremonia:
«Qué alegría es venir
a la casa de Dios,
qué alegría es participar
del pan de Dios».
Antes de comenzar con la misa dominical, el obispo ofreció unas palabras de apertura a los fieles:
“Como dice la canción: “que alegría venir a la casa de Dios”, pero la casa de Dios es la comunidad, es el corazón de cada uno de nosotros y nuestra alegría es venir a aprender a no hablar antes de escuchar”, dijo el prelado.
Como punto de partida, Rafael Sandoval explicó que «Dios habla silenciosamente, y a veces a gritos», dando pie al arranque de la eucaristía.
La lectura del evangelio de Lucas relataba el suceso que tuvo Jesús en una de los banquetes de el jefe de los fariseos, quien se encontraba espiando sus comportamientos y acciones.
En la homilía para este evangelio, Sandoval Sandoval, comentó el significado del «discernimiento espiritual», el cual, de acuerdo con el sacerdote, es la distinción de los espíritus que generan diversas sensaciones.
“En esta sociedad necesitamos todos los días estar haciendo discernimiento para ver cómo está el mundo, la sociedad, y también cómo está nuestro corazón”, argumentó el obispo.
Según el prelado, existen tres tipos de espíritus: el propio, el bueno y el malo.
“¿Y cómo distinguir los tres espíritus? Es todo un proceso que dura toda la vida y hay que aprender el discernimiento espiritual, para conocer qué viene de Dios, qué viene del mal y qué viene de mí”, explicó Sandoval Sandoval.
Los pasos para aprender a diferenciar estos tres tipos de espíritu, son el descubrir las sensaciones individuales, los sentimientos, pensamientos y deseos; posteriormente, con base al análisis de estas características, es posible llegar a tomar decisiones que encaminen el espíritu propio en bueno o malo.
Como cierre, y retomando el contexto del evangelio de Lucas, el sacerdote alentó a los fieles a actuar con humildad, ya que esta herramienta «no solamente sana el alma, también nos lleva a la salvación».
“Hay una palabra: humildad. Hoy no tiene buena prensa la humildad en un mundo de competencias, donde todos quieren ganar y si alguien da algo, es para ver qué reciben. La persona humilde hace el bien sin hacer ruido.”
Alcanzar el discernimiento espiritual y la humildad son procesos que se practican día con día en la vida terrenal, herramientas que, Rafael Sandoval, abona a la divinidad y que «solo con el corazón se mira».
Evangelio comentado por el obispo, Rafael Sandoval Sandoval:
Lectura del santo evangelio según San Lucas
Lc 14, 1. 7-14
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola:
“Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’. Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido”.
Luego dijo al que lo había invitado: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”.
Edición: MV
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