«Hemos olvidado lo que es agradecer. Nosotros nos la pasamos pidiendo»: obispo Rafael Sandoval

En homilía dominical, el obispo de la Diócesis de Autlán de Navarro, Rafael Sandoval Sandoval, habló a los fieles sobre el concepto del agradecimiento y la importancia de la oración como herramienta para entablar comunicación con Dios. Asimismo, el prelado dijo que, pese a las condiciones en las que se encuentra la Catedral de la Santísima Trinidad, la eucaristía se vive en las vidas individuales porque "nosotros somos los verdaderos templos de Dios".

Obispo de la Diócesis de Autlán, Rafael Sandoval. (Fotografía: Esther Armenta León)

Por: Vianney Martínez Pérez

Autlán de Navarro, Jalisco. 11 de octubre de 2022.-(Letra Fría).- En la eucaristía del segundo domingo de octubre, el obispo de la Diócesis de Autlán, Rafael Sandoval Sandoval, habló a sus fieles acerca del concepto del agradecimiento y la importancia de la oración como herramienta para entablar comunicación con Dios.

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Fueron minutos después de las 10 de la mañana que las cuerdas de unas cuantas guitarras comenzaron a resonar como eco en el Santísimo de la Catedral de la Santísima Trinidad de Autlán, a su vez, un coro de voces se escuchó en unísono:

Venimos hoy a tu altar,
a cantarte Señor,
pues tú eres la alegría
de nuestro corazón.

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Tú hiciste los cielos,
los llenas de estrellas, de luz y calor.
Tú pintaste la aurora,
hiciste las nubes,
las puestas del sol.

«Acá adelante hay lugares», dijo el obispo a los fieles que recién llegaban a la misa y observaban el espacio minúsculo donde se celebraba la eucaristía.

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Previo al arranque del evento religioso, Sandoval hizo uso de la voz para dirigirse a los asistentes:

“Nos preparamos para celebrar esta eucaristía con la pobreza de nuestras vidas, de nuestra catedral que va empezar a reconstruirse para averiguar si pronto tendremos las condiciones necesarias, pero sobre todo, nosotros somos los verdaderos templos de Dios. Templos que también han pasado tantos temblores exteriores e interiores y parecen que se derrumban, por eso ponemos la mirada en Dios nuestro señor, el único que construye sus templos, porque su cuerpo también es la iglesia”, afirmó.

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Además, el prelado agregó, como adelanto a la homilía, que la eucaristía era un proceso individual que no cuenta con un espacio físico, sino espiritual y personal.

La lectura del evangelio de Lucas, el cual fue leído en misa, narraba el momento en el que Jesús aconseja a diez leprosos a acercarse a los sacerdotes para curar su enfermedad para siempre. En el camino, los hombres fueron sanados por la gracia de Dios, por lo que uno de ellos regresó ante Jesús para agradecer y alabar a Dios, pero Jesucristo, al percatarse la ausencia del resto, bendijo al agradecido por su fe.

Como apertura, el sacerdote tornó el mensaje sobre el concepto de agradecimiento para la sociedad:

«Hemos olvidado lo qué es realmente agradecer. Nosotros nos la pasamos pidiendo, pidiéndole milagros a Dios o bendiciones, y es muy bueno, pero la oración como alabanza nos da una amplia visión, quien alaba a Dios, recibe la mejor terapia», aseguró.

De acuerdo con Rafael Sandoval, el ser agradecido implica el ser salvado, porque «realmente no merecemos la salvación».

“El evangelio no es de aquel tiempo, no es un recuerdo, el evangelio es un encuentro y hay tres verbos que hay que notar en los textos de Lucas: “quedar limpio”, “sanar”, y, “ser salvado “. Tenemos que comprender que el agradecer es amar, y el amor no se exige, se descubre; si alguien te ama ámalo, sino lo hace, también», finalizó.

Para concluir, el padre externó a los presentes seguir la palabra de Dios, continuar con la oración, y, compartir con el prójimo «nuestra ternura y todas las bellezas que Jesús nos ha enseñado».

Evangelio comentado por el obispo, Rafael Sandoval Sandoval:

Lc 17, 11-19

En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”.

Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.

Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”.

Edición: MV

Queda prohibida la reproducción total o parcial. El contenido es propiedad de Letra Fría.

Estudiante de la licenciatura en periodismo en el Centro Universitario del Sur, de la Universidad de Guadalajara, con afinidad al periodismo narrativo, de derechos humanos y fotoperiodismo. Corresponsal de Letra Fría en proceso electoral 2021.

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