Por: Maricela Páez Gutiérrez.
Guadalajara, Jalisco. 12 de abril de 2018. (Letra Fría).- Lo acontecido en los últimos días con el médico oaxaqueño Luis M, especialista en traumatología pediátrica que fue encarcelado producto de una acusación por homicidio intencional, luego de que un menor de edad perdiera la vida durante la cirugía que el Dr. Luis le practicaba, el ejercicio de la medicina entra en debate y se encuentra en un momento álgido, que obliga a su revisión y por supuesto a su defensa.Sin duda es lamentable que el niño Edward haya perdido la vida, el dolor y sufrimiento de los padres es inimaginable, no hay forma de resarcir la muerte, en eso estamos de acuerdo, y sin duda que se está de acuerdo también en investigar con objetividad lo sucedido, castigar si es que hubo negligencia médica y que se actúe en consecuencia como la ley señala, pero de ahí a criminalizar la práctica médica y dar por hecho que el médico que intervino al menor quiso matarlo hay una distancia abismal.
Criminalizar la práctica médica marca un precedente que no puede ser ignorado, porque si de antemano el médico sabe que se le puede acusar de asesinato, definitivamente el ejercicio médico debe protegerse de posibles acciones judiciales como las que estamos observando. Es inadmisible que las personas busquemos atención médica con la idea de que el que nos la otorga nos quiere matar, nos quiso matar, que actúa con dolo, con intención y que ante cualquier inconveniente lo hagamos culpable de nuestro caso.
Nadie se quiere morir, todos queremos sanar, eso queda claro, pero los médicos no son dioses, no son infalible, son seres humanos, ¿Qué deben dar lo mejor de sí? Por supuesto, ¿Qué deben profesionalizarse? ¿qué debe haber condiciones mínimas para su ejercicio? Estamos de acuerdo, pero debemos actuar en la plena conciencia de la fragilidad de la salud, de las características propias de cada organismo, de los posibles y riesgos en una intervención.
Más allá de las inconsistencias judiciales del caso del Dr Luis, que se le juzga desde la vía penal y no civil, más allá de este caso en particular, el ejercicio de la medicina no se debe criminalizar, se debe cuestionar, revisar y proteger desde códigos profesionales, legales y éticos; es injusto que la carrera profesional de un médico termine criminalizada después de muchos años de estudio y grandes esfuerzos personales por fallas del sistema de salud, por falta de infraestructura hospitalaria, por reacciones de un organismo al tratamiento o por las propias fallas humanas que están latentes, pero además lo más duro y difícil de asimilar, todos nosotros vulgares mortales hay que tener plena conciencia antes de ir con el médico, de que éste se puede equivocar, puede fallar; hay que tener conciencia de que el médico es un ser humano, no es Dios y que nadie es infalible ante circunstancias adversas, que si bien no queremos que pasen, llegan a pasar.
Los médicos no son dioses, la práctica profesional de la medicina tiene sus riesgos como cualquier otra, la enorme diferencia es que trabajan con vidas y nadie quiere perderla.