/

Los huracanes y las escuelas

Carlos Efrén Rangel escribe sobre los huracanes y las dinámicas que provocan en las escuelas y las clases. "En circunstancias como las del lunes hay un prejuicio que es necesario evitar: el que los profesores suspenden clases a la primera provocación, a veces sin razón. Hay que reconocer que es más complicado que eso".

Por Carlos Efrén Rangel | Un letrero en la pizarra

Autlán de Navarro, Jalisco. 04 de octubre de 2022. (Letra Fría) Con un demonio, lo que nos faltaba. En la entrega anterior de este Letrero en la Pizarra, hubo que reflexionar sobre lo que ocurre en las escuelas cuando sufrimos un sismo, y hoy, escribo desde un salón de clases vacío mientras el patio de la escuela y las calles, lucen anegados con una persistente y fuerte lluvia provocada por el huracán “Orlene”, al darle a la tecla llevamos 24 horas de lluvia y aunque los servicios meteorológicos pronostican que en las próximas horas el ciclón se alejará del territorio de Jalisco, el diluvio en este momento se mantiene. 

Anuncios

JRA PROMOTORES INMOBILIARIOS

El domingo por la noche, las autoridades emitieron un comunicado que canceló las clases en 12 municipios, todos muy pegados a la costa, estuvimos en el límite, a partir de Autlán para la SEJ las clases debían ocurrir de manera normal. 

En circunstancias como las del lunes hay un prejuicio que es necesario evitar: el que los profesores suspenden clases a la primera provocación, a veces sin razón. Hay que reconocer que es más complicado que eso. 

Anuncios

APYSA

Las autoridades usan datos técnicos generales para suspender clases en ciertas zonas, lo hacen para proteger el interés superior de la salud y la integridad física. Lo cierto, es que existen condiciones locales que no son tomadas en cuenta y del que las escuelas tienen poca injerencia. Déjenme poner un ejemplo.

El Grullo no apareció entre los municipios que tenían la posibilidad de suspender actividades en las escuelas. Al momento de escribir esta columna por acá se acumulan más de 24 horas de lluvia, a ratos intensa y a ratos ligera. Pero la madrugada del lunes fue copiosa, lo que provocó que por varias calles corriera el agua cual pequeños arroyos. La escuela se ubica en un extremo de la mancha urbana, los estudiantes vienen de toda la ciudad, más del 90 por ciento llega caminando o en bicicleta y deben cruzar esas calles. El edificio no tiene problemas en los salones, pero sí es necesario salir al descubierto para ir al baño o a la cooperativa. Aunque el mensaje oficial es “protéjanse, los padres pueden decidir”, hay discursos más personales que no dan ese margen de decisión. Cuando en ocasiones anteriores se han vivido clases así, tres o cuatro días después las ausencias por enfermedad son notables. 

Anuncios

Cuipala

No se trata de suspender por suspender.

Va otro ejemplo. En Autlán, hay escuelas que su edificio se ubica en un espacio cerrado, si bien los espacios deportivos están al aire libre, el tránsito entre los salones y el baño, la cocina, no implica que los estudiantes se mojen. La gran mayoría de las familias lleven a sus niños en coche. En esos casos, si las calles no están anegadas y el traslado es seguro, se puede trabajar. Lo mismo ocurrió en algunas preparatorias de la región. Y está bien. Cada escuela tiene una complejidad distinta. De ahí habría que partir. 

Anuncios

Gallery

Pero el criterio predominante, es el central. Normalmente lejano. 

Los huracanes también son una oportunidad para retomar los aprendizajes a distancia, de enseñanza remota por emergencia que después de la pandemia, tristemente se han prácticamente enterrado. Porque nadie puede negar la imperante necesidad de trabajar de manera cercana y presencial para recuperar los aprendizajes perdidos durante los años de confinamiento. 

La buena noticia, a diferencia de los temblores, es que los daños estructurales en las escuelas suelen ser mucho menores durante los huracanes, y salvo algunos espacios húmedos es factible retomar la actividad normal en cuanto la lluvia cesa y las calles dejan de parecer arroyos. 

Mientras tanto, hay que vivir una autonomía de mentiritas, de mensaje amable en redes sociales, pero de órdenes muy puntuales: desde el centro, clarito se ve en qué municipios no hay afectaciones. El resto: preséntense a clases, no importa que calles parezcan arroyos. 

Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Educación Básica.

Actualmente es profesor de español en secundaria y de Maestría en la Unidad 143 de la UPN. Desde los 17 años ejerció como reportero y comunicador en radiodifusoras y periódicos locales en Autlán. Aficionado práctico de la literatura, la crónica taurina y las columnas de opinión.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad