Por: Lourdes Cano Vázquez
Guadalajara, Jalisco. 30 de mayo de 2018. (Letra Fría).- Iban a bautizar a Tadeo el sábado, pero en lugar de eso lo sepultaron; murió a los ocho meses de edad pero conoció más que muchos de nosotros la cara más cruel de nuestro país, porque los que hemos vivido más que lo que él vivió no hemos sido capaces de darle un entorno en el que pueda crecer sin peligros. Las víctimas a lo largo y ancho del país se cuentan por cientos de miles a más de una década de guerra contra el crimen que parece una lucha contra Medusa, con cada célula del narco que se divide para crear más violencia.
Con víctimas como Tadeo, candidatos y periodistas asesinados en pleno proceso electoral, es curioso detectar el silencio de los presidenciables ante temas tan espinosos y profundos en nuestra sociedad actual; ninguno mostró sus condolencias a la muerte del pequeño, ninguno ha sido enérgico para manifestarse contra la violencia ni respecto a lo que hará para terminar con el derramamiento de sangre que adolece a México desde hace más de una década.
Son unos cobardes, no hablan de temas como la muerte de un bebé a manos del narco porque tienen miedo de tomar una postura y perder votos, es lo único que les interesa ahora, los votos. No les importa la gente, ni su seguridad, ni su bienestar, cada palabra que sale de sus bocas está perfectamente calculada en relación a los votos; ese lenguaje prefabricado tiene en mente captar minorías sin ofender a las mayorías, que las mismas palabras le lleguen al rico sin ofender al pobre y viceversa.
La verdad es que ninguno de ellos es una buena opción, todos tienen algo que esconder, cuidan no quedar expuestos ante algo que realmente piensan pero es políticamente incorrecto, saben que sus promesas, (que nos son propuestas) no son viables, pero si son efectivas para convencer electores indecisos.
Como ciudadanos hay que hacernos las preguntas correctas y cuestionarselas a ellos, que quieren llevar las riendas de un país tomado por esos criminales sin escrúpulos capaces de quemar vivos a una madre y su hijo en brazos. Exigir una postura ante temas complejos es apenas un requisito razonable para que el elector pueda decidir su voto, de otro modo es votar a ciegas.
AJEM