Rieleras y juanes, esta Adelita está abrumada por la realidad, no sé por dónde empezar las carrilleras de hoy. Los ataques arancelarios que amenazan nuestra economía y la de todo el mundo a causa de un ente que grita y amenaza un día y otro también en una estrategia de amedrentamiento que no se termina de entender.
Las revelaciones de un campo de exterminio y entrenamiento en Teuchitlán, Jalisco y otro en Reynosa, Tamaulipas, de menores proporciones, pero ambos generadores de la certeza de que estos no son casos aislados; la triste efeméride de que hace un año Jaime Barrera fue privado de su libertad por 50 horas y todo lo que esto sacudió en el ámbito periodístico de nuestro estado.
Ciertamente las fuentes del horror son diversas, pero todas están vinculadas a un afán y ejercicio de poder, real o fáctico, desmedido, sin límites, desconocedores o, peor todavía, desdeñosos de lo que sus acciones impactan en los otros.
Teuchitlán
La historia entretejida alrededor del rancho Izaguirre, los hallazgos del pasado 5 de marzo y la noticia de que desde septiembre de 2024 se había localizado el lugar pero las autoridades de la fiscalía de Jalisco no hicieron indagaciones a profundidad, además de los reclamos de los colectivos de madres buscadoras señalando que en no pocas ocasiones ellas avisan a las autoridades sobre este tipo de sucesos con la nula respuesta de las dependencias investigadoras de seguridad, dejan la sensación que la burocracia no es una tortuga, como la representaba Quino en la mascota de Mafalda, sino una especie de folívoro o perezoso que duerme todas las horas del día en que los demás seres vivos están despiertos.
Las fotografías de las pertenencias de quienes padecieron el enclaustramiento en el predio de Teuchitlán dan cuenta de los cientos de historias de mujeres y hombres a través de sus zapatos, sus botas e incluso las sandalias de correas que dan idea de la diversidad de vidas que ahí coincidieron y que compartieron un destino debido a la impunidad con que el crimen organizado se maneja en nuestro estado.
Investigación periodística
Las informaciones de periodistas que sí investigan y escuchan a colectivos de buscadoras, generan un nudo estomacal acerca de los bien identificados modos de actuar de quienes atraen a personas con la zanahoria de un buen trabajo con remuneración significativa, comparada con la que nuestra economía diezmada puede ofrecer a las personas de los diferentes municipios.
Tal como lo dijo Lauro Rodríguez a Julio Astillero, desde hace años al gobierno de Alfaro se le hizo saber que las centrales camioneras, principalmente la de la Zona Metropolitana de Guadalajara, eran puntos de coincidencia a donde llegaban estos aspirantes a encontrar un trabajo y terminaron en este tipo de escenarios grotescos montados por el crimen organizado. Sin embargo, esta pista no se indagó.
Afectaciones económicas, como las que traerán los altibajos de los mercados con las amenazas arancelas; gobiernos sordos –a ver si pueden seguir siéndolo- y periodistas que buscan la verdad incansablemente, ese es el coctel de unos pocos ingredientes de este pedazo de realidad que duele y resulta indigesta.
