Por: David Chávez Camacho
Autlán de Navarro, Jalisco. 29 de mayo de 2018. (Letra Fría).- Al transcurrir de los hechos, de la realidad, de eso que se vive interior y exteriormente, es cada vez más claro que la propuesta del candidato a gobernador por Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, es pertinente y oportuna, necesaria: refundar a Jalisco.
El mismo Alfaro sintetizó su propuesta en uno de los debates entre candidatos, refundar a Jalisco significa un nuevo acuerdo social. Por lo que a mí respecta, significa darle sentido, recordar que conformamos una sociedad, que existe una dimensión pública, que no somos sólo individuos ajenos a lo social y que, por tanto, debemos relacionarnos de distinta manera, con respeto.
No se trata sólo del discurso ni de un simple eslogan de campaña, pues Enrique Alfaro, quien según las encuestas ganará las elecciones del 1 de julio, recibirá un estado -y un Estado- abrumados, cansados, replegados muros adentro, con temor e incertidumbre. Deberá dar resultados.
Lo cierto es que México y Jalisco y sus municipios requieren de un cambio radical. No debemos ni podemos continuar como hasta ahora, en lo mismo. La degradación ha llegado a niveles totalmente intolerables, la violencia, la corrupción, la impunidad. Lo ocurrido con el bebé calcinado y su madre grave por quemaduras, en la Zona Metropolitana de Guadalajara, atacados mientras viajaban en transporte público, es o era inimaginable. Si un hecho así nos deja sin palabras, es porque ya son urgentes los hechos.
El asunto –y aquí los mexicanos y los jaliscienses nos debemos felicitar- es que el cambio necesario debe ser por vía pacífica, democrática, nunca con violencia. Y las elecciones de julio son una gran oportunidad para cambiar y mejorar sin derramar más sangre, con energía colectiva que llegue a las instituciones.
Detrás de todo éste escenario de violencia, está una realidad que ya no puede ser vista con indiferencia, la de una inequidad tremenda, una desvalorización del ser humano que se ve marginado, ninguneado, desechado. El asunto es económico, no ideológico en el sentido tradicional de las ideologías; se trata sencillamente de que todas y todos queremos participar y hacerlo con ética y libertad, con respeto al individuo y a la sociedad.
Sí necesitamos refundar a Jalisco, refundar nuestra mentalidad, refundar nuestra percepción de lo público, recordar para qué era que queríamos que sirviera la política, para qué era que sosteníamos con innovaciones una tradición cultural, por qué era que nos sentíamos orgullosos de ser jaliscienses.
Es obvio, necesitamos cambiar.
*Los comentarios emitidos por el columnista no representa la Línea Editorial de Letra Fría.
AJEM