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Apango y uno de sus hijos notables

José de Jesús Guzmán Mora, cronista de San Gabriel, Jalisco, hace un recuento de los principales detalles en la existencia del Mtro. don Aurelio López Rodríguez, autor del libro extraordinario titulado “Apanguerías”.

Comunidad indígena de Apango, en San Gabriel. (Foto: Mayra Vargas | Letra Fría)

San Gabriel, Jalisco. En la República Mexicana hay tres pueblos que llevan el nombre de Apango; hay uno en Guerrero, otro en Puebla y el tercero en Jalisco, que es el más conocido en la región Sur del Estado. 

Como habitantes de la comunidad de San Gabriel, el paso por Apango es obligado; la vista de su caserío, por las mañanas muy temprano y la espesa niebla apenas lo deja ver, como envuelto en una atmósfera de misterio, el pueblo está siempre a la espera del visitante. 

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Un poco de la historia de Apango

Este Apango es un pueblo prehispánico que fue habitado por indígenas que tuvieron que afrontar la conquista armada, y después, integrarse a la evangelización llevada a cabo por fray Juan de Padilla, sometiéndose a un nuevo modo de vida.

Cuando las autoridades virreinales señalaron jurisdicciones políticas y religiosas el pueblo quedó comprendido en el Reino de la Nueva España y, al mismo tiempo, en el Obispado de Guadalajara; por lo que durante mucho tiempo Apango estuvo adscrito a la parroquia de Tapalpa, Jalisco.    

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Apango en el siglo XIX

El 10 de febrero de 1801, los naturales presentaron títulos de propiedad y pedían que se reconocieran sus líneas divisoras en vista de haber controversia sobre ellas. 

En 1815, por petición expresa de sus moradores, fue anexado al pueblo y parroquia de San Gabriel, por razones y circunstancias muy especiales; una de ellas fue que durante la segunda década del siglo XIX hubo una gran epidemia de viruelas; la gente moría en grandes cantidades; la población tenía aproximadamente 500 habitantes en aquel tiempo. 

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Cuipala

En 1820 el primer Cura de San Gabriel, don Mariano Carlos de Godoy y Carrillo había logrado establecer en Apango una escuelita parroquial y con muchos esfuerzos consiguió que ciertas tierras laborables formaran un sencillo patrimonio, que ellos llamaban Cofradía.

Hacia 1833 el señor Cura don Rafael Larios al hacer inventario de los bienes de Apango dejó asentado por escrito que había dos iglesias: 

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“Una, en la que se dice misa; la otra, sirve de camposanto; además hay pequeñas capillas; una dedicada a San Sebastián Mártir y la otra en honor a San Miguel, todo al borde de la ruina ya que sus paredes son de adobe y los techos de teja, ambas se encuentran muy demolidas”.

Hacia 1842 había una campana mayor que, una vez reformada, pesaba dieciocho arrobas, es decir un poco más de doscientos kilogramos, había una alfombra nueva y una silla de cedro para el altar. 

El crecimiento de su población

El censo parroquial de 1855, asienta que hubo en Apango 1,068 habitantes.

Hacía 1857 el señor cura don Manuel Echeverría y Castillo bendijo la iglesia de Apango, con la debida licencia, el 17 de septiembre de ese año. Una edificación mejor terminada se llevó a cabo durante la administración del Cura don Gabino Ruiz de Velasco Castellanos hacia 1894; en diciembre de 1912, fundó con quince socias, la Asociación de Hijas de María, autorizada desde agosto. Para ese año ya había 1,220 feligreses.

El 24 de agosto de 1946 recibió Apango la visita pastoral del Arzobispo don José Garibi Rivera, antes de continuar a Tapalpa. El 19 de enero de 1962, el señor Obispo de Colima don Ignacio de Alba y Hernández realizó en este pueblo su primera visita pastoral. En noviembre de 1995 y puestos de acuerdo el señor Cura don Antonio Andrade Aguilar con el señor Cura de Jiquilpan don Juan García Chávez, se trasladaron los libros del archivo de la Vicaría de Apango que estaban bajo resguardo en San Gabriel.

La Vicaría de Apango, tiene como su titular a San Andrés Apóstol y su fiesta anual es el treinta de noviembre. 

Esta antigua Capellanía fue autorizada como Vicaría el tres de noviembre de 1920 y fue erigida el diecinueve de enero de 1921 por el Arzobispo de Guadalajara Dr. don Francisco Orozco y Jiménez, nombrando como primer Vicario al Padre Francisco G. Mendoza. 

Su antigua iglesia, una obra del siglo antepasado, era de adobe y teja, hoy afortunadamente cuenta con moderno templo, gracias al esfuerzo de sus habitantes coordinados por el Padre J. Ismael Rosales, pues el sismo de 1985 derribó el templo que aún permanece en ruinas, esperando que alguien tome la iniciativa y lo reconstruya para darle alguna utilidad.

Hijos notables, orgullos de Apango

Apango tiene 683 habitantes, una altitud de 1,960 metros sobre el nivel del mar; en la localidad hay 323 hombres y 360 mujeres que viven en 130 viviendas, allí predomina la religión católica. 

Es tierra natal de la compositora, escritora y poeta Rosario “Chayito” Morales Rodríguez (1921-2016) quien es autora de más de trescientas canciones, es la creadora de la famosa canción “Puerto de ilusión”, y otras como “De Apango a California” y “Recordando a San Gabriel”. 

Ha publicado “Cumbres y Abismos” un libro con hermosos poemas; asimismo en esta tierra han nacido media decena de sacerdotes y varios maestros que han desarrollado su vocación de servicio por toda la región. 

DE LOS RELATOS, historias y anécdotas que se transmiten de viva voz, como secretos que necesitan ser divulgados para no perderse en las sombras del silencio, en la oscuridad del olvido, aprendemos a amar nuestras raíces.

Obras son amores, y no buenas razones, dice una frase creada por el pueblo. Frase que bien se puede aplicar en este caso singular, pues varios hijos notables del pueblo de Apango, nos dan la razón.

Apanguerías

“Apanguerías”, 2020; foto de la portada.

El texto que fue publicado en San Gabriel, el 2 de julio de 2020, en unión de su familia y titulado “Apanguerías” fue posible a la inspiración del Mtro. Aurelio López Rodríguez, quien con mucho esfuerzo, pero constante dedicación, dejó después de su fallecimiento a las futuras generaciones, la descripción de su pueblo, de sus costumbres, sus fiestas y tradiciones en esos sencillos relatos, en sus pequeñas narraciones cargadas de misterio, que al convertirse en leyendas, han llegado hasta nuestros días, al pasar de boca a oído.  

Algunas narraciones forman parte de la historia real de este pueblo ubicado en la sierra, donde se disfruta de un agradable clima. 

Presentación de “Apanguerías” en San Gabriel, 2 de julio de 2020. Foto cortesía.

El autor también compuso algunas canciones y poemas dedicados a su amado pueblo; queriendo poner de manifiesto el cariño por su lugar de origen y para heredar a las presentes y futuras generaciones sus vivencias y recuerdos en su tierra natal, escribió y publicó la primera versión de “Apanguerías” en noviembre de 2013, un folleto sencillo en versión mecanografiada, en el que recogió las costumbres, tradiciones y relatos del pueblo que lo vio nacer.  

Las historias están ahí, solo falta alguien que tome la iniciativa para contarlas, escribirlas y publicarlas, hombres y mujeres tienen todo el derecho de hacerlo, no hace falta ser un experto en temas literarios, basta con querer hacer las cosas porque “cuando se quiere, se puede”. 

¿Quién fue el maestro Aurelio López Rodríguez?

Aurelio López Rodríguez. (Foto: cortesía)

Desde la primera entrevista con el Maestro Aurelio, pude darme cuenta del gran amor y respeto que profesaba a su tierra: Apango. 

Era un hombre preocupado por preservar las costumbres y tradiciones de la comunidad; al presentar “Apanguerías”, obsequió -a los habitantes de su amado pueblo y al público en general- la oportunidad de conocer rincones y personajes propios de su tierra natal. 

Como un homenaje post mortem al Maestro Aurelio López Rodríguez, y a los habitantes de su amado Apango dedico las presentes líneas.

Un orgulloso hijo de Apango

El Maestro Aurelio López Rodríguez, era originario del pueblo de Apango, municipio de San Gabriel, Jalisco, rinconcito ubicado en plena sierra al noreste del municipio del mismo nombre; allí nació el 27 de julio de 1944. Era hijo de don Ismael López Bracamontes y de doña Julia Rodríguez Palafox.

En ese mismo lugar fue inscrito en el Registro Civil y bautizado posteriormente el día 4 de agosto, en la capilla de San Andrés Apóstol por el Presbítero don Rafael de Haro, vicario de esa feligresía, siendo sus padrinos don J. Jesús Chávez y doña Ofelia Dávila.   

Tuvo trece hermanos, de los cuales, nueve nacieron en Apango y los últimos cuatro en Zapotlán el Grande, ellos son: Andrés, Conrado, Ramona, Aurelio, Eligio, María Luisa, Fernando, María Guadalupe, Benedicta, Vicente, Luis, José y Genoveva.

Fueron sus abuelos paternos don Vicente López y doña Luisa Bracamontes. En tanto que los maternos fueron don Andrés Rodríguez y la señora Mariana Palafox. Fue en esa pequeña población donde empezó sus estudios de primaria, siendo sus maestras las señoritas Margarita Rodríguez y Aurora Palafox.

Dejó su tierra para estudiar

Muy chico tuvo que emigrar con sus padres a la capital del estado para terminar la educación primaria en la Escuela Urbana No. 36. 

Una vez concluida su primera educación, emigró a Totatiche, Jalisco, para estudiar la Escuela Secundaria en el Colegio Magallanes de esa población situada al norte del estado. Luego pasaría a la ciudad de Tequila en donde obtendría el certificado de bachillerato en el Colegio “Roberto Ruiz Rosales”.

Regresaría a Guadalajara; en esa ciudad prosiguió con todos sus estudios y su preparación profesional hasta obtener el título de Licenciado en Educación por la Universidad América Latina. En la capital de Jalisco incidieron de manera importante en su formación literaria los maestros José R. Ramírez Mercado y Monseñor José Ruiz Medrano. Una vez que concluyó su preparación regresó a dos pueblos en donde ya había vivido, para ejercer su vocación magisterial. 

Contrajo matrimonio con la señorita María Pelayo Pelayo el 3 de mayo de 1972, con quien procreó cuatro hijos: Víctor Hugo, Sandra Magdalena, David Aurelio y Luis Gerardo López Pelayo. 

Su trayectoria profesional

Su desarrollo en el campo laboral dio inicio en 1968 como Profesor de Historia Universal, Sociología y Literatura en el Colegio Magallanes de Totatiche, hasta el año de 1975. De este año y hasta 1980, se desempeñó como Profesor de Sociología, Literatura, Raíces Griegas y Latinas, en el Colegio “Roberto Ruiz Rosales” de Tequila, Jalisco.

Emigró a los Estados Unidos y allá laboró como operador de una máquina de «Plating» y Profesor de Español en Jay Bee, de Los Ángeles, California, de 1980 a 1986. De ese año y hasta 1994, fue Gerente del Departamento de Producto Terminado en NIBCO, (hoy URREA) en Zapopan, Jalisco. 

De 1994 y hasta 2004, estuvo como Gerente del Departamento de Cromado, en DICA, filial de URREA en Guadalajara. Como Gerente en GAMILUX (fábrica de lámparas), en Guadalajara, estuvo de 2004 a 2009.

Desde 2010 a la fecha se dedicaba a la actividad comercial en Guadalajara donde radicaba.

Era una persona que se sentía orgullosa de haber nacido en Apango y de formarse en una de las instituciones más grandes y de mayor prestigio en México: el Seminario Diocesano de la Perla Tapatía.

Su faceta de escritor

En 2018 publicó una antología de mensajes con carácter de positivismo, reflexión y filosofía que llegaron a su teléfono móvil; eran “como suaves tragos de agua fresca, que nos renuevan las fuerzas para seguir caminando “, dejó asentado en su presentación, al texto lo tituló “Para vivir. Vol. uno”.

 Dejó inconclusa la historia de su natal Apango, en la que trabajaba afanosamente los últimos meses.

Colaboraba quincenalmente con el periódico local “Soy gabrielense” en el que escribió medio centenar de artículos, manifestando su enorme cariño por el pueblo que lo vio nacer. 

Murió repentinamente el 16 de febrero de 2020 sin haber visto su obra publicada.

Solo amor, cariño y respeto sentía por el pueblo de Apango, Jalisco que le vio nacer.

Descanse en paz.

REFERENCIA: LÓPEZ Rodríguez, Aurelio; “Apanguerías” 2020; edición del Gobierno Municipal de San Gabriel, Jalisco, 2018-2021. Con captura, edición, presentación y nota introductoria de José de Jesús Guzmán Mora, San Gabriel, febrero de 2020.

Profesor, músico y cronista municipal, originario de San Gabriel, Jalisco.

El 1° de septiembre de 1994, recibió el nombramiento de “Cronista de la ciudad”, de manos de la autoridad municipal.

Es miembro Cofundador de la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco, A. C., desde el 19 de octubre de 1996.

Primer cronista vitalicio de San Gabriel, desde el 28 de julio de 2010.

En noviembre de 2011 se integró a la Asociación de Cronistas Municipales del Occidente de México, formada por Jalisco, Colima, Michoacán y Nayarit.

Con treinta y cinco años de servicio en el magisterio estatal en primaria y secundaria, es maestro jubilado desde el 1° de junio de 2011.

Ingresó como consocio a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, Capítulo Sur, el 15 de octubre de 2016 con el tema: “La hacienda de Nuestra Señora de Guadalupe del Salto del Agua”.

De 2009 a 2021 fue el responsable del Archivo Histórico Municipal de San Gabriel, Jalisco.

Ha publicado una treintena de libros con temas históricos, genealógicos y monográficos. Ha participado en la prensa jalisciense, en revistas locales y en programas de radio y televisión estatal, nacional y del extranjero.

Correo: cronistademipueblo1994@hotmail.com

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