Por: David Tarazona | Mongabay Latam
Colombia.- “Ya sabíamos que las presiones humanas afectaban a los animales, al punto de llegar a causar la extinción de especies. Pero hay otros temas igual de preocupantes, como cambios en su comportamiento y modificaciones en sus patrones diarios de actividad”, explica Pablo Negret, biólogo colombiano e investigador en conservación para la Academia Wyss para la Naturaleza de la Universidad de Berna, en Suiza.
Negret es coautor de un estudio publicado en junio de 2023 en la revista Perspectives in Ecology and Conservation, junto con investigadores del Instituto Humboldt en Colombia, en el que se analizaron cambios de comportamiento en aves y mamíferos de la Orinoquía colombiana. “Es probablemente el primer artículo en el mundo que analiza este cambio de comportamiento en aves con cámaras trampa”, dice.
El estudio se concentró en 25 especies de los departamentos de Meta y Casanare, hallando que la actividad del 45 % de las aves y del 36 % de los mamíferos se modificó de manera significativa en las áreas con altas presiones humanas. Las 25 especies —11 de aves y 14 de mamíferos— fueron seleccionadas porque eran las que aparecían con mayor claridad en las imágenes de las cámaras trampa.
Entre los hallazgos que se documentaron están que la actividad humana genera miedo o mayor esfuerzo en competencia por recursos en las aves. Para garantizar su alimentación, las aves comenzaron a ser más diurnas. Por su parte, los mamíferos, principalmente los medianos y grandes, se han vuelto más nocturnos para evitar ser cazados.
El documento incluye una advertencia: la perturbación humana puede alterar la cadena trófica o alimenticia, ya que los animales que son presas de algunos predadores ya no se encuentran en el hábitat en las rutinas esperadas, lo que puede alterar el equilibrio del ecosistema.
Publicaciones citadas en el estudio señalan que las perturbaciones humanas a los hábitats naturales en Colombia se han duplicado en los últimos 50 años. La población del departamento de Meta ha pasado de 238 100 personas en 1973 a 979 683 en 2016, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). De 2001 a 2021, Meta perdió el 15 % de sus bosques, unas 647 000 hectáreas, según la plataforma Global Forest Watch.
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