En Autlán, hace ya algunas semanas que comenzó a oler a petate: el mes pasado rindieron protesta en sesión de Ayuntamiento los integrantes del Patronato Organizador del Carnaval de Autlán 2024, poco después publicaron la convocatoria para los gremios y comenzaron las transmisiones del programa Autlán y su Carnaval, por Facebook Live. Todo esto va calentando los ánimos para la fiesta más importante del año.
Pero también comienzan a arreciar las protestas, en redes sociales y en los medios de comunicación locales, pero también de manera formal ante las autoridades municipales, de algunos de los vecinos del cruce de las calles de Álvaro Obregón y Mariano de la Bárcena, que padecen las molestias del Callejón del Vicio: ruidos, malos olores, suciedad, colapso en el tránsito y otras. Sus protestas han llegado hasta la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que ya emitió una recomendación al respecto hace algunos años.
Antes de la existencia del Callejón, que nació a mediados de la década de 1980, hubo un espacio semejante en la calle de Pedro Moreno, en el costado sur del Mercado Juárez; ahí se instalaban las famosas terrazas, unos toldos en los que se vendían botanas y bebidas alcohólicas y a donde acudían a divertirse quienes no asistían a los bailes o los recibimientos.
Esas terrazas también eran un foco de contaminación, como el Callejón.
Aunque no había equipos de sonido como los que se usan actualmente, sí generaba ruido y había falta de higiene que redundaba en mal aspecto y pésimos olores. Si a eso agregamos que era común que quienes iban a las terrazas lo hicieran a caballo, los olores y la suciedad se incrementaban.
Otro problema con las terrazas era la violencia.
No faltaban ahí pleitos de borrachos, que en más de una ocasión ocasionaron la muerte de alguno de los valientes. Esta situación también provocó la molestia de los vecinos de este lugar, que en más de una ocasión elevaron solicitudes a la autoridad municipal para que se dejaran de instalar estas terrazas.
En el Archivo Histórico Municipal encontré dos de estas solicitudes, realizadas por ciudadanos organizados en distintas asociaciones y en las que se describen las molestias y perjuicios que ocasionaba este rincón del Carnaval.
Terrazas deplorables y sucias, mala imagen para el Carnaval de Autlán
El 8 de enero de 1971 un grupo de comerciantes establecidos en las fincas fronteras al Mercado Juárez, en las calles de Pedro Moreno y de Ramón Corona (actual Plaza Mission) y afiliados a la Cámara de Comercio local enviaron un oficio a esta institución, con copia a la Presidencia Municipal y a la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material de Autlán, organización que se encargaba entonces de la organización del Carnaval, donde solicitaban que ”no autorice que se instalen terrazas con venta de bebidas embriagantes y puestos de mercancías en los frentes de las calles antes mencionadas”.
Sus razones para pedir esto son la baja en las ventas de sus negocios durante el Carnaval, debida en parte a que las amas de casa no podían llegar a sus establecimientos, “por los excesos tanto en la bebida como por la falta de higiene de las mencionadas terrazas, donde se presencian actos en ocasiones inmorales”.
El aspecto que daban las terrazas era “deplorable y sucio”; los solicitantes reconocen que las terrazas ya se instalaban anteriormente en ese espacio, pero en tiempos en que Autlán “no tenía la actual importancia comercial y turística”, que ya obligaba a dar una buena impresión a los visitantes.
La solicitud aparece firmada por la plana mayor del comercio autlense de esa época: Rubén Paz, Carlos Mardueño, Ramón Vargas, Fausto Mancilla, Juan Hanón, entre otros.
La segunda solicitud está fechada el 23 de enero de 1971, dirigida al presidente municipal, Gustavo Villaseñor García, por la Unión de Artesanos de Autlán. Ellos piden que “por esta vez y, de ser posible, en lo sucesivo” se evite la instalación de terrazas, a las que en el oficio se define como “que no son más que cantinas”.
Ellos fundamentaban su solicitud en el hecho de que “se ven espectáculos vergonzosos con los beodos y mujerzuelas que llenan esos antros de vicios, amén de otros espectáculos difíciles de narrar”. El oficio, firmado por el presidente de la Unión, José Soltero Uribe, y su secretario, Manuel Rangel Alcántar, llevaba copia para la Unión de Artesanos de Jalisco.
Sin embargo, a pesar de la insistencia en la solicitud y la calidad de los solicitantes, las terrazas se siguieron instalando todavía durante muchos años, hasta que el Callejón del Vicio llegó a sustituirlas.
Fuentes: Oficio no. 2/71 de la Unión de Artesanos de Autlán. Caja Carnaval 1944-1976, Archivo Histórico Municipal de Autlán y el Oficio 8 de enero de 1971. Caja Carnaval 1944-1976, Archivo Histórico Municipal de Autlán.