Desde El Llano rulfiano | Pifanio, un gabrielense

José de Jesús Guzmán Mora, cronista de San Gabriel, Jalisco, en su espacio Desde El Llano rulfiano, habla de don Pifanio, un personaje gabrielense al que le tocó vivir en su pueblo natal la época revolucionaria, la cristera y las siguientes etapas llenas de acontecimientos históricos.

Por, José de Jesús Guzmán Mora, cronista de San Gabriel, Jalisco.

Autlán de Navarro, Jalisco, 27 de marzo de 2022 (Letra Fría). PIFANIO, nació en San Gabriel, Jalisco, en 1904 y falleció en 1943, miembro de una familia humilde, como casi todas las de su época.  

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Fue bautizado en el templo parroquial dedicado al Señor de Amula, a los tres días de haber nacido; su infancia transcurrió en el tranquilo pueblo acompañando a su padre, en calidad de comerciante ambulante, recorriendo las calles y plazas de los gabrielenses  para ofrecer la rica nieve de garrafa que preparaban en su casa.

A la edad apropiada ingresó a la escuela primaria oficial donde aprendió a leer y escribir.

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Su infancia y juventud transcurrió a principios del siglo XX, en su pueblo natal, que en esa época vivía una época de notable progreso, las noticias del semanario «El Gabrielense» daban cuenta que los comercios locales ofrecían productos de primera calidad, tales como zapatos, abrigos, rebozos, casimires, paraguas, adornos para el templo, relojes de pared, telas finas, máquinas de coser y loza fina.

Sin embargo, en 1910, cuando el pequeño Pifanio, contaba con seis años de edad, el Dr. Ygnacio V. González, quien era el Presidente Municipal,  junto con el H. Cuerpo de Regidores, recibió la inesperada noticia de que había estallado la Revolución Mexicana, encabezada por don Francisco I. Madero. 

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La presión más fuerte la tuvo el nuevo Presidente Municipal en 1911 don Severiano Soto; Alcalde que tenía como regidores propietarios a don Gerardo Zepeda, Primo F. Villa, Mariano R. Villa, Enrique Villa, Alberto Corona y Andrés Trujillo, quienes motivados por la inestable situación política y por cuestiones de seguridad individual y familiar, presentaron su renuncia, petición que les fue aceptada; pero por petición del Gobierno del Estado, decidieron terminar su período.

(Foto: Cortesía)

Pifanio, sobrevivió a los ataques de los revolucionarios Eugenio Aviña y Pedro Zamora; de los carrancistas comandados por José Michel Zamora y Efrén Benavides, quienes con lujo de autoridad saquearon las tiendas y comercios gabrielenses, imponiéndole al pueblo un “préstamo forzoso” de tres mil pesos; para colmo de males los carrancistas fusilaron a trece inocentes ciudadanos colgándolos en los árboles de naranjo que adornaban la Calle del Santuario, entre ellos a don Eduardo Díaz Santana. 

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Fue testigo de que personas adineradas empezaran a emigrar a poblaciones como Sayula, Colima, Guadalajara, Ciudad Guzmán y Tijuana; familias como las de don Edmundo Villa Michel, don J. Trinidad Arámbula, don Ireneo Dávalos, don Eligio Fregoso, de don Juan Nepomuceno Pérez Rulfo y muchas más.

Vio con incertidumbre la clausura de comercios como el de tejidos de lana, la tienda mixta, algunos tendejones, boticas, el hotel, el mesón, la fábrica de jabón, el taller de herrería, algunas panaderías y el taller de encuadernación.

Fue testigo del dolor de los gabrielenses por la muerte del queridísimo señor Cura, don Gabino Velasco, ocurrida el 5 de enero de 1913, después de haber servido en San Gabriel como sacerdote por cuarenta y tres años.

Vivió muy de cerca la caída de ceniza -en su pueblo natal- el 20 de enero de 1913, producto de la gran erupción del Volcán El Colima que “… arrojaba por su amplio cráter pavorosas bocanadas de fuego y lava, así como tremendas nubes de ceniza clara, que caía suavemente pero en alarmante cantidad”, sobre casas, calles y habitantes. Las fiestas taurinas en el pueblo gabrielense, se suspendieron en esa adversa fecha. 

Pifanio, sufrió de cerca el conflicto de la guerra cristera que dio inicio en 1926 y concluyó en 1929; supo de las intervenciones cristeras de don José Chávez, habitante del antiguo pueblo de Jiquilpan, Jalisco, de Dionicio Eduardo Ochoa Díaz-Santana y su hermano el Presbítero Enrique de Jesús de los mismos apellidos, capellán de los cristeros.

Escuchó muy atento las pláticas sobre don Manuel Michel Zamora conocido como Manuel C. Michel, el más destacado de los cristeros gabrielenses quien tomó las armas en nombre de la fe y de los creyentes, fue quien alcanzó el grado de General, estableciendo como cristero su cuartel general en Colima.

Oyó sorprendido, en aquel lejano 24 de junio de 1929, los largos y sonoros repiques de campanas y el estallido de grandes cantidades de cohetes que fueron lanzados a las alturas, acompañados de flores, serpentinas, música y gran regocijo porque se reabría el culto religioso en el templo del Señor de Amula, custodiada por el inolvidable párroco y benefactor del pueblo don Ireneo Monroy; en esa fecha terminaba la guerra cristera, después de tres años de violentas luchas fratricidas.

El nombre de Pifanio, aparece registrado en el 5° Censo de Población, realizado en México, el 15 de mayo de 1930, como hombre de veintiséis años de edad, quien era soltero, sabía leer y escribir, era agricultor, mexicano, jalisciense y católico.

Fue músico de la primera banda sinfónica del siglo XX, aquella agrupación musical gabrielense que formara el señor Cura don Ireneo Monroy en los años veinte del siglo pasado, grupo al que también perteneció el célebre compositor, catedrático y músico internacional don Blas Galindo Dimas.  Dirigía la banda en aquellos tiempos el excelente músico don J. Jesús Osorio, originario de Atoyac, Jalisco.

Pifanio, vivió muy de cerca aquel viernes 3 de junio de 1932, cuando en la madrugada se dejó sentir en San Gabriel, lo que la gente llamó “el temblor grande”; su magnitud fue de 8.4 grados en la escala de Richter y fue el sismo más intenso registrado en México en el siglo XX. Los temblores continuaron frecuentemente hasta el día veintidós del mismo mes. 

Este fuerte sismo ocasionó que las torres de la Capilla del Refugio y del Templo parroquial se vieran seriamente dañadas; por lo que años más tarde, en 1935, el señor Cura don Ireneo Monroy, a través del Arzobispado de Guadalajara, solicitó a la Dirección General de Bienes Nacionales que fuesen reparadas.

Fue testigo aquel 8 de diciembre de 1934, en que por el Decreto número 3,953 San Gabriel cambió su nombre por el de Ciudad Venustiano Carranza, sin el consentimiento de sus habitantes.

Al iniciar la década de 1930, Pifanio conoció a la jovencita Albina a quien después de un corto noviazgo le propuso matrimonio.

La presentación matrimonial ante la ley ocurrió en 1931,  dijo ser soltero, labrador, de raza mestiza, de veintisiete años de edad, originario y vecino del lugar, sus padres aún vivían. La pretensa dijo ser célibe, sin ocupación principal, de raza mestiza, mexicana, originaria de un rancho cercano, de veintiuno años de edad, vecina del lugar, sus padres que todavía vivían otorgaron su consentimiento para que su hija contrajera matrimonio. Pasado el plazo otorgado por la Ley, contrajo matrimonio por lo civil; al día siguiente se casaron por la iglesia.

Junto con su amada esposa, procreó cuatro hijos.

El multicitado personaje, sufrió en carne propia, el 15 de abril de 1941, otro fuerte temblor que ocurrió a la una de la tarde con quince minutos, tan fuerte como el de junio de 1932; en San Gabriel, se improvisaron campamentos al aire libre para que la población pudiera pasar la noche, sin contratiempos.

Ese día se derrumbaron las pilastras ornamentales de la Capilla del Refugio en la parte más alta de su torre, también las del cuerpo superior de la torre parroquial, el enjarre o aplanado interior de algunas bóvedas del templo, hubo cuarteaduras en la nave del coro parroquial, sumamente dañado resultó el Templo del Santuario, además del desprendimiento total de la cornisa del Portal Ocampo frente a la antigua «Plaza del Comercio», llamada desde 2017, «Plaza Juan Rulfo».

Vio con extrañeza aquel 16 de septiembre de 1942 cuando fue inaugurado por las Autoridades Municipales en la Plaza de Armas, el monumento dedicado a los héroes de la Patria, conocido como «Monumento a la Bandera o de los Niños Héroes».

Pifanio, falleció en su plena madurez, en 1943, víctima de asistolia, (es decir, insuficiencia de las contracciones del corazón que ocasiona una disminución del rendimiento cardíaco), sin asistencia médica, a los treinta y nueve años de edad, en el mismo pueblo que lo vio nacer.  

Dejó viuda a doña Albina, de treinta y cuatro años de edad, con cuatro hijos huérfanos que Dios les dio; su cadáver fue sepultado en el Cementerio Municipal en fosa de segunda clase. 

Allí le visitan los hijos que aún viven en el pueblo, lugar que inspiró al extraordinario escritor y novelista Juan Rulfo.

¡Es cuánto, que tengan buen día!

FUENTE: 

MI QUERIDO SAN GABRIEL, obra de José de Jesús Guzmán Mora, San Gabriel, Jal., 2021.

MA/MA

Queda prohibida la reproducción total o parcial. El contenido es propiedad de Letra Fría.

Profesor, músico y cronista municipal, originario de San Gabriel, Jalisco.

El 1° de septiembre de 1994, recibió el nombramiento de “Cronista de la ciudad”, de manos de la autoridad municipal.

Es miembro Cofundador de la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco, A. C., desde el 19 de octubre de 1996.

Primer cronista vitalicio de San Gabriel, desde el 28 de julio de 2010.

En noviembre de 2011 se integró a la Asociación de Cronistas Municipales del Occidente de México, formada por Jalisco, Colima, Michoacán y Nayarit.

Con treinta y cinco años de servicio en el magisterio estatal en primaria y secundaria, es maestro jubilado desde el 1° de junio de 2011.

Ingresó como consocio a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, Capítulo Sur, el 15 de octubre de 2016 con el tema: “La hacienda de Nuestra Señora de Guadalupe del Salto del Agua”.

De 2009 a 2021 fue el responsable del Archivo Histórico Municipal de San Gabriel, Jalisco.

Ha publicado una treintena de libros con temas históricos, genealógicos y monográficos. Ha participado en la prensa jalisciense, en revistas locales y en programas de radio y televisión estatal, nacional y del extranjero.

Correo: cronistademipueblo1994@hotmail.com

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