Por: Carlos Efrén Rangel | Un letrero en la pizarra
Autlán de Navarro, Jalisco. (Letra Fría).- Hacerla de mesero o de bailarín, fabricar dulceros atractivos para luego disfrazarse de Mario Bros, prevenir el consumo de Fentanilo y poner gel antibacterial en la puerta, son algunas de las tareas que los docentes mexicanos debemos realizar en los últimos días. Todo eso, además de dar clases. Hay un grupo de docentes de avanzada, que le han agregado una tarea más a su labor: investigar su práctica profesional, con el ánimo de responder de manera más apropiada a los retos que le plantea la sociedad.
La figura de profesor – investigador no es novedosa ni tampoco es tan extraña, muchos de los programas de post grado en el campo educativo, están encaminados a que los docentes revisemos nuestras acciones, para con orientaciones metodológicas y teóricas, podamos decidamos cómo mejorarla y llevar ese plan a la práctica. Se dice rápido, pero son acciones que llevan toman años y que producen generosos aportes llenos de innovación y pasión.
La Maestría en Educación Básica de la UPN 143 de Autlán vivió el último sábado de abril, su cuarto coloquio en el que se presentaron los frutos de esas investigaciones. Acudieron al campus de la UPN en Autlán, poco más un centenar de maestras y maestros que estudian el postgrado en alguna de las cinco sedes que se ofrece el programa: Manzanillo, Cihuatlán, Autlán, Unión de Tula y Tecolotlán, para participar en alguna de las tres mesas de trabajo en donde se presentaron los avances de investigaciones con un promedio cinco profesores por mesa.
Tuve la suerte de fungir como relator de la tercera mesa, en la que se compartieron sus acciones y reflexiones cinco maestras, las cinco mujeres, lo que sin duda nos debe llevar a entender la profesión docente desde una perspectiva de género. Entre las innovaciones que se presentaron destaca una preocupación muy grande para garantizar la inclusión en las aulas, desde desarrollar estrategias para enseñar a niños que presentan algún Trastorno del Espectro Autista (TEA), diversificar las actividades en un aula regular de preescolar, o de garantizar el aprendizaje de la lecto escritura con métodos inventados por teóricos mexicanos.
Un aporte significativo que apareció en varias ponencias fue la necesaria resignificación teórica, por ejemplo, durante años se ha tratado con desprecio a la línea conductista, sin embargo, concluyeron las investigadoras, en una época donde se ha demostrado los fuertes lazos entre el aprendizaje y la salud emocional, no se debe renunciar a los refuerzos positivos, un rasgo característico de este enfoque teórico. Eso entre muchas más, pero fue algo que me llamó la atención.
Pero entre todas las reflexiones, apareció una que se convirtió en hilo conductor entre las ponencias. La Nueva Escuela Mexicana comenzó a materializarse con la reforma constitucional del 2019 que agregó al artículo tercero el enfoque de “educación de excelencia”, lo que significan cosas muy ambiguas, las más de las veces etéreas. Sin embargo, producto de la investigación se definió un rumbo compatible que esta política y un horizonte al que todos quienes estamos en un aula podemos encaminar nuestros pasos: educación de excelencia significa mejorar la calidad de vida de nuestros estudiantes, ya sea porque en el aula las condiciones son mejores o porque lo que en ellas se aprende los prepare para resolver con mayor ecuanimidad los retos vitales. Que no deja de sonar quimérico, pero al que numerosos docentes ya dieron señales que caminan en esa dirección.
El coloquio se cerró con una conferencia sobre enseñanza de las matemáticas que impartió el Dr. José García Suárez, que dejó importantes orientaciones sobre las principales consideraciones que los docentes debemos tomar en cuenta para enseñar esta asignatura, a la que hay que dejar de ver como el “coco” y más como que más habrá de contribuir a construir las llaves que abran las puertas en el futuro.
Esa semana, el miércoles, también participé en la jornada de talleres que se organizó en la propia Unidad 143 a razón de la IV Semana de la Licenciatura en Pedagogía, coordiné el taller de “Pensamiento Crítico”, pero hubo otros también inspirados en la Nueva Escuela Mexicana: Aprendizaje Basado en Problemas, Proyectos Comunitarios, Programa Analítico de la NEM y Evaluación Formativa.
Dirán que digo todo esto por presumido, que comunico acciones que se hacen en la universidad que trabajo, y pues sí, qué gusto integrar una comunidad académica dinámica, que asume con responsabilidad y entusiasmo los retos que la sociedad ha depositado sobre nuestros hombros.
MV
