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Las Elecciones que vienen…y van

Con este arbitro y reglas vamos a enfrentar la jornada electoral del 2 de junio e independientemente de quien resulte triunfador en los diversos cargos de elección, la ciudadanía tendrá que estar muy al pendiente del cumplimiento de sus promesas de campaña.

(Foto: Especial)

Desde que el ser humano inició su proceso civilizatorio y sobre todo cuando logró un avance considerable al implementar la agricultura a su sistema de vida y con ello hacerse sedentario, estableció las bases para impulsar un mayor desarrollo que incluía un incremento de la población, de la producción en general y por lo tanto de su organización, de sus formas de establecer relaciones sociales y estructuras de gobierno.

Todo parece indicar que la forma de gobierno en esta etapa fue la monarquía, con un rey apoyado en un consejo de gente de poder.

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Gobernantes en el México Prehispánico

La monarquía de los antiguos mexicanos estaba conformada por la nobleza. Los sacerdotes y guerreros tenían acceso a riquezas y tierras.

Mientras que la gente del pueblo llamada macehualtin se desempeñaba en labores de agricultura y artesanías, es así que el poder político y militar lo poseía un grupo minoritario que dominaba y tenía todos los privilegios, estaba compuesta además de sacerdotes, guerreros, también incluía arquitectos, artistas y comerciantes de élite que vivían en los centros ceremoniales; y el resto de la población subordinada, se dedicaba al campo principalmente aunque también existían diversos oficios que se llevaban a cabo con eficiencia y una gran creatividad, lo cual reflejaba los principios fundamentales de su cosmogonía.

Los macehualtin tenían la posibilidad de mejorar su situación social incursionando en la guerra o el comercio. Ellos vivían en calpullis(barrios) los cuales estaban conformados por familias comunes que heredaban esos territorios.

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En cada calpulli existía un delegado electo por el tlatoani para registrar cada una de las tierras de la comunidad y controlar las labores del cultivo.


El puesto de tlatoani tenía que ser precedido solo por aquellos que eran descendientes del primer tlatoani Foto: Mediateca INAH

El Huey tlatoani era el orador y jefe de todo el pueblo, era la máxima autoridad, pues estaba al mando del consejo supremo, conformado por otros gobernantes menores de otros pueblos, así como militares y delegados.

Con la invasión de los españoles en el siglo XVI a estas tierras, prácticamente se terminaron las estructuras sociales que sostenían al sistema.

El México actual

Hasta antes de la creación del ahora INE, los comicios en el país se efectuaban a través de la Comisión Federal Electoral, un ente gubernamental que no garantizaba la transparencia ni legalidad.

Fue en 1990 cuando, a partir de las reformas realizadas a la Constitución en materia electoral, el Congreso de la Unión expidió el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) y ordena la creación del Instituto Federal Electoral IFE, a fin de contar con una institución imparcial que dé certeza, transparencia y legalidad a las elecciones federales.

En 1993, el Poder Legislativo le otorgó al entonces IFE las siguientes atribuciones:

  • Declarar la validez de las elecciones de diputados y senadores
  • Expedir constancias de mayoría para los ganadores de estos cargos
  • Establecer topes a los gastos de campaña

Como las democracias al igual que las sociedades son dinámicas e inestables, en el año 2014 el IFE se transforma en INE, adquiere mayores atribuciones y un prestigio internacional ganado con el paso de los años.

Sin embargo, es necesario que, al finalizar el proceso electoral actual, se realice una convocatoria a nivel nacional que permita a los diversos sectores sociales expresar sus ideas y propuestas para mejorar todo el sistema electoral desde una perspectiva global y moderna, incluyendo la participación proactiva de los tres poderes.

Sobre todo, de los legisladores, el sector académico e iniciativa privada. Con apego a la normatividad las iglesias también tendrían que expresar su postura, dado la enorme influencia que aún ejercen en ciertos sectores de la población.

Por lo pronto con este arbitro y reglas vamos a enfrentar la jornada electoral del 2 de junio e independientemente de quien resulte triunfador en los diversos cargos de elección, la ciudadanía tendrá que estar muy al pendiente del cumplimiento de sus promesas de campaña. Ya existen diversos ¨observatorios ciudadanos”, con esa función.

No estaría nada mal implementarlos en la región, facilitaría un esquema de gobernanza: donde la ciudadanía tenga algún tipo de incidencia efectiva en la toma de decisiones en asuntos de interés público y estratégico.

Historiador y escritor. Ha publicado en diversas revistas, medios y modalidades. Es profesor investigador titular de la Universidad de Guadalajara.

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