La noche de este martes, la fiesta brava vuelve a la agenda de Autlán. Es un periodo del año que me gusta mucho, principalmente por una razón: somos noticia a nivel nacional y, a veces, internacional. Cuando se anuncia el serial taurino de la fiesta de febrero, también en los días de las corridas e incluso un poco después, el nombre de Autlán tiene alcance planetario, o concretamente, andamos en boca del planeta de los toros, que integran con mayor fuerza ocho países en dos continentes.
Me voy a enterar, igual que el resto de las personas, de la integración de los festejos. Esta columna no es para eso, pero sí para compartir ya un par de certezas y un par de reflexiones.
La primera certeza es que este, que es el primer año de la segunda administración de Gustavo Robles, decidió modificar a quien encabeza el Patronato Organizador del Carnaval, y será Vidal Paz el responsable de llevar los destinos de la fiesta, en lugar de Alejandro Sotomayor, quien estuvo los tres años anteriores.
Las novedades
En el caso de los organizadores de los festejos taurinos, habrá algunas modificaciones, con sus matices. Por cuarto año consecutivo, el ganadero Juan Pablo Corona, será el responsable de gestionar las corridas.
El matiz es que este año lo hace desde la empresa Ruedo Tres, en la que el empresario jalisciense hizo sociedad con Pedro Haces y José Luis Alatorre.
La segunda noticia es que, a diferencia de años anteriores, donde el elenco de toreros se restringió a actuantes mexicanos, este año sí se contempla la presencia de varios españoles.
Se experimentaron situaciones que luego se reprodujeron en otras plazas, y ahora se vuelve a la combinación, que suele enriquecer y que, si se incluye algún nombre de repercusiones globales, le vendrá bien a Autlán en cuanto al posicionamiento.
El serial taurino de Autlán llegará en un momento de menos tensión que en los últimos años por los intentos prohibicionistas.
Las leyes
Si bien, a principios de diciembre, entró en vigor una nueva reglamentación al respecto de la protección animal y, en alrededor de seis meses, se publicará una ley que especifique las acciones, en el sector taurino están confiados, aunque al pendiente, en que la idea puntualizada en las reformas de que la ley se redactará: “considerando su naturaleza, características y vínculos con las personas” permitirá que la fiesta siga existiendo.
Las prohibiciones implementadas en la Plaza México y en la Nuevo Progreso de Guadalajara se han resuelto legalmente en favor de la fiesta de los toros. Sin embargo, a quienes encontramos sentido y procedimientos éticos en esta actividad, nos queda reflexionar y, en su caso, actuar para enfrentar el obstáculo más grande: la indiferencia de una población cada vez más urbana, cuyo contacto con los animales suele reducirse a su función de mascota, y su contacto con la muerte, a una experiencia digital que se reinicia tantas veces como sea necesario en la consola de videojuegos.
Quizá por eso, cuando mueren y desaparecen personas, pesa menos en el ánimo que el sacrificio ritual de un ser poderoso, una liturgia que representa vencer con la inteligencia y habilidad humana el cruel dominio de la todopoderosa naturaleza.