Por Justin Catanoso | Mongabay Latam.
El sendero a través de la selva baja estaba oscuro y fangoso. Media docena de linternas frontales iluminaban el entorno. Un arroyo ocasional dividía el camino. Excelentes condiciones para avistar ranas. Alessandro Catenazzi, biólogo conservacionista de la Universidad Internacional de Florida y destacado herpetólogo, acompañó a sus estudiantes de posgrado a la excursión nocturna. Entre la hojarasca y la maleza, Catenazzi divisó diminutos anfibios. Aparte de una preciosa rana punta de flecha —venenosa—, la mayoría eran especies aún sin un nombre científico.
“Esta es una rana geográfica”, dijo Catenazzi, mientras la colocaba con suavidad en la palma de la mano; ahí ocupaba el ancho de dos dedos. “La piel moteada se parece a un mapa”, agregó. La rana se tensó y saltó a la oscuridad. Una metáfora adecuada para los descubrimientos del científico.
Ese día, más temprano, Catenazzi había dado una sombría presentación sobre el aumento de la mortalidad de las ranas; lo hizo ante unos 40 científicos de la Estación Biológica Manu, donde lleva décadas investigando y observando los cambios en el sur de la Amazonía peruana. El grupo que se reunió en este remoto paraje selvático procedía de Europa, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Latinoamérica para asistir a la reunión del vigésimo aniversario del Grupo de Investigación sobre Biodiversidad y Ecosistemas de los Andes (ABERG).
ABERG, fundada en 2003, se ha distinguido como una coalición singular de científicos tropicales que operan y se enfocan en una única área común, aunque con objetivos que se solapan. Esa área abarca un único transecto en la ladera oriental de la cordillera de los Andes, que se extiende en un gradiente de altitud que asciende abruptamente desde las tierras bajas del Amazonas, cerca del nivel del mar, hasta las tierras altas de los Andes, por encima de los 3 352 metros.
El transecto, descrito por algunos como el acelerador de partículas de la ecología tropical, es un laboratorio de campo en medio de la selva tropical. Ahí se realiza una amplia gama de estudios que evalúan las crecientes amenazas del cambio climático.
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