De enero de 2019 a diciembre de 2020, los municipios de Autlán, Ayutla, Ejutla, El Grullo, Tecolotlán, Tolimán y Unión de Tvla, registraron al menos una denuncia formal por violencia ejercida en contra de un menor de edad.
Por: Esther Armenta León
Autlán de Navarro, Jalisco. 02 de marzo de 2021. (Letra Fría) El derecho a una infancia libre de violencia no es garantizado para todos los menores de la región Sierra de Amula. En los últimos dos años, la Fiscalía Regional de Autlán Distrito 7 ha investigado 31 casos por maltrato infantil en siete de los municipios que la integran; ninguno de los procesos ha derivado en sentencia para los responsables.
De acuerdo con información obtenida vía transparencia, de enero de 2019 a diciembre de 2020, los municipios de Autlán, Ayutla, Ejutla, El Grullo, Tecolotlán, Tolimán y Unión de Tvla, registraron al menos una denuncia formal por violencia ejercida en contra de un menor de edad.
Siguiendo los datos brindados por la dependencia, la población que más denuncia esta clase de agresiones, es Autlán de Navarro al tener 21 denuncias del total presentadas ante la institución; de ellas 11 ocurrieron en 2019 y 10 durante 2020.
A Autlán le sigue Ayutla, con 3 denuncias en 2020.
Los datos referentes al número de denuncias no reflejan la realidad.
Según el INEGI, nueve de cada 10 delitos no se denuncian por falta de confianza en los organismos y la pérdida de tiempo que el trámite representa para algunos ciudadanos, según estimó en 2018 la Encuesta Nacional sobre Victimización y Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE). Ello significa que en la región, de 2019 a 2020, habría por lo menos 279 niños, niñas y/o adolescentes desarrollándose en contextos de violencia.
El maltrato infantil atenta contra derechos de la infancia
Al menos cinco derechos de la infancia son corrompidos cuando un adulto atenta contra la integridad de un menor, así lo aseguró la visitadora adjunta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) adscrita a Autlán, Ana Lilia Santana Villa, quien enmarcó los siguientes derechos como vulnerables cuando hay agresiones: derecho a la legalidad, seguridad jurídica, trato digno, desarrollo integral de la niñez e integridad y seguridad personal.
A diferencia dela Fiscalía Regional con sede en Autlán, la CEDHJ en Autlán, también contempla en su jurisdicción municipios de la región Costa Sur, territorio que cubre la oficina adscrita a la comisión estatal, por lo que La Huerta y Cihuatlán aparecen en la información de esta dependencia.
De acuerdo con la visitadora adjunta, los municipios con mayores problemas de violencia infantil son cinco: Cihuatlán, La Huerta, Ayutla, Unión de Tvla y El Grullo. Todos ellos, a excepción de Cihuatlán y La Huerta, pertenecientes a la Agencia Investigadora de Cihuatlán, aparecen en el listado de averiguaciones de la Fiscalía Regional en Autlán.
Ante las oficinas de la CEDHJ en Autlán, no suelen acumularse las quejas por el tema, Ana Lilia cuenta apenas seis quejas al año, referentes al abandono, acoso escolar, violencia física y emocional de menores.
Además de los derechos vulnerados, el maltrato infantil en cualquiera de sus formas infringe el derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo establecidos en la Ley General de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes de México.
La violencia infantil se refleja en la adultez
La violencia que experimenta un menor, puede dejar secuelas reflejadas en problemas de alcoholismo, drogadicción, conductas delictivas y trastornos psicológicos como depresión y ansiedad, de acuerdo con el testimonio de la experta en salud mental, Julieta Ponce, al abundar que el maltrato infantil repercute en la vida adulta de la persona.
“El maltrato, obviamente, tiene consecuencias no solo físicas, también hay consecuencias emocionales y sociales pero ciertamente va a depender mucho del tipo de violencia que se ejerce en la persona, la duración y la severidad, es decir: va a depender qué tanto la persona estuvo sujeta a la violencia. En el caso de los niños, entendamos que no solo es violencia física sino psicológica o negligencia, lo que quiere decir que no se cubren las necesidades o no se cuida al niño como debería cuidarse”, dijo a Letra Fría.
El desencadenamiento de dichas conductas está relacionado al cambio conductual que ocurre nivel cerebral, informó Julieta Ponce.
“Hay un cambio no solo conductual, sino un cambio que ocurre a nivel cerebral, la estructura cerebral cambia en diferentes áreas y esto a su vez, se puede heredar, es decir: esa modificación en como trabaja mi cerebro cuando yo fui víctima de violencia, también la puedo heredar porque se transforman los genes, hay una mutación”, declaró.
Julieta Ponce aseveró que otras consecuencias pueden ser la pérdida de la tolerancia, memoria, frustración, problemas de apego y disminución de la flexibilidad del cerebro.
MA/MA
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