José de Jesús Guzmán Mora, cronista de San Gabriel, Jalisco, nos cuenta los principales momentos en la vida de don Manuel Ochoa Arámbula.
MANUEL OCHOA ARÁMBULA (1892-1972)
El pasado 13 de noviembre del año que cursa, se cumplieron 30 años de que en San Gabriel, se dio lectura por Bando Solemne al Decreto 15,093 por el cual el Congreso de Jalisco, restituía el nombre original de San Gabriel eliminando el de Ciudad Venustiano Carranza. Era Presidente Municipal el señor Luis Reyes Rodríguez.
Mucho se ha dicho que para que se le nombrara al municipio como Ciudad Venustiano Carranza tuvo gran influencia don Manuel Ochoa Arámbula, incluso se dice que por gestiones personales se le “debe” el que a San Gabriel se le haya cambiado el nombre de Ciudad Venustiano Carranza en el año de 1934, que era una persona de cierta autoridad entre la clase política porque en su tiempo “… fue telegrafista en el convoy presidencial del Señor Carranza y tenía valiosas influencias en el Gobierno”.
En fin, el cambio, que a nadie agradó, tuvo lugar el 8 de diciembre de 1934. La primera acta de Cabildo en la que ya se registra el nuevo nombre está asentada el 31 de diciembre del año ya citado.
Ochoa Arámbula, personaje de origen gabrielense destacó notablemente en varios ámbitos, especialmente durante la revolución mexicana, en la milicia, la política y la administración pública.
Don Manuel Ochoa Arámbula, nació en San Gabriel, Jalisco, el 17 de septiembre de 1892, fue hijo de don Valente Ochoa García y de doña Carmen Arámbula Castellanos.
De mente despierta, desde sus primeros años, cursó en forma provechosa su educación primaria, elemental y superior. Siendo un adolescente ingresó a la Oficina de Telégrafos en calidad de aprendiz, logrando progresos que le permitieron trasladarse a la metrópoli.
Manuel Ochoa Arámbula y su papel en la revolución mexicana
Al estallar la Revolución Mexicana en 1910 regresó a San Gabriel; con armas y caballos que le proporcionó su padre, se adueñó de la plaza de San Gabriel para entregarla posteriormente, a los jefes maderistas don José María Contreras y don Manuel Guzmán, que procedentes de la Sierra del Tigre (Mazamitla) y después de pasar por Sayula, se dirigían a la hacienda de Telcampana propiedad de don Jacinto Cortina, y situada al Sur de San Gabriel.
Poco después, en calidad de civil, se trasladó a la Ciudad de México, después de algunas peripecias, ingresó al Servicio Telegráfico Nacional en la Oficina Central, allí le tocó desempeñar servicio continuo durante la llamada “Decena Trágica” en virtud de la falta casi absoluta de personal que, con motivo de los funestos acontecimientos, se abstuvieron de presentarse a prestar sus servicios.
Después de la muerte del Presidente de la República don Francisco I. Madero y del Vicepresidente Pino Suárez, en compañía de otros telegrafistas, salió para el norte del país a reincorporarse a las fuerzas revolucionarias comandadas por el Gral. don Luis Caballero, entonces Gobernador y Comandante Militar del Estado de Tamaulipas, participando en los combates que determinaron la ocupación del Puerto de Tampico.
Al iniciar las fuerzas revolucionarias su avance sobre la Ciudad de México, se le ordenó incorporarse a la “Brigada Caballero” al mando del Coronel César López de Lara.
Jefe de la Oficina de Telégrafos Nacionales
En México fue nombrado Jefe de la Oficina de Telégrafos Nacionales de la capital, hasta que don Venustiano Carranza salió para Veracruz donde fue nombrado Jefe del Servicio Telegráfico de la Primera Jefatura del Ejército Constitucionalista y telegrafista particular del Primer Jefe, tocándole operar en todas las conferencias sostenidas por el señor Venustiano Carranza con los Generales reunidos en la Convención de Aguascalientes.
Marchó a Veracruz en donde tenía la comisión de abrir y organizar el servicio público de telégrafos en dicho puerto. Cuando Álvaro Obregón marchó a recuperar la Ciudad de México y combatir a Villa, se le nombró Visitador General de Telégrafos, ordenándosele reconstruir las líneas telegráficas y poner al servicio público las oficinas que se iban controlando en las poblaciones que en el trayecto fuesen ocupadas por el Ejército Constitucionalista, participando de esa manera en las campañas de Celaya, León, Aguascalientes y Torreón.
Manuel Ochoa Arámbula y su trayectoria en la administración pública
Al llegar don V. Carranza a Torreón, Ochoa Arámbula volvió a ocupar su antiguo puesto de telegrafista particular y Jefe de la Oficina Telegráfica de la Primera Jefatura, nombrándosele posteriormente miembro del Estado Mayor Presidencial. Por esa época y durante diez meses, dada la estimación y confianza personal de que gozaba con el Primer Jefe, fungió como su Secretario Particular por ausencia del titular don Pedro Gil Farías.
Fue nombrado Administrador de la Aduana de Piedras Negras, Coahuila, puesto que desempeñó hasta que fue ocupada la plaza por las fuerzas del movimiento de Agua Prieta encabezado por don Adolfo de la Huerta.
Organizó y abrió la Aduana de Santiago Tlatelolco, fue jefe de la Sección Aduanera de Correos, hoy Aduana Postal de la Ciudad de México. También ocupó el cargo de Presidente del Comité Regional del Partido Nacional Revolucionario en Guadalajara, (hoy P.R.I.), Secretario de Organización y Estadística del Comité Ejecutivo Nacional del P.N.R., durante el gobierno de don Lázaro Cárdenas del Río (1936).
Fue administrador de la Aduana de Ciudad Camargo, Tamaulipas; Secretario General de Gobierno del Estado de Nayarit (1931) durante el mandato de los Gobernadores Gral. Esteban Vaca Calderón, Senador Francisco Anguiano y Luis Castillo Ledón; Jefe del Departamento de Licencias del Departamento Central del D. F.; Director de la Penitenciaría del D.F. durante tres años y medio, gerente de las sucursales de la Lotería Nacional en Guadalajara y Torreón.
Fue Diputado Federal a la XXXV Legislatura por el IX Distrito con sede en Ciudad Guzmán. Fue Presidente Municipal de Guadalajara de 1937 a 1938, donde hizo bastantes obras para el abastecimiento de agua potable en esa ciudad.
De 1953 a 1960, fue encargado de la Administración de la Aduana Fronteriza de Reynosa, Tamaulipas, ocupando dicho puesto también, en otro momento, en Guadalajara y en 1971, en Tijuana, Baja California.
Su vida personal
En Sayula, contrajo matrimonio en 1931, con la señorita Ana María Anaya Díaz, por lo que con frecuencia visitaba esa población donde gozaba de la estimación general, allí colaboró para la construcción del mercado en 1937.
La señorita Ana María Anaya Díaz, mejor conocida como “La Chata Anaya” nació el 7 de enero de 1910, en La Manzanilla de la Paz y falleció en Sayula el 12 de septiembre de 2009.
Fue una mujer muy consentida, la menor de su familia, compuesta por un hermano y seis hermanas, quienes al igual que sus padres la consintieron todo el tiempo. Fue en su vida muy independiente, alegre temperamental y muy amiguera.
A los veintiuno años contrajo nupcias con el señor Manuel Ochoa Arámbula, quien era viudo y estuvo siempre muy enamorado de “La Chata”, por lo que siguió siendo una mujer consentidísima, ya que don Manuel Ochoa le cumplía con satisfacción todos sus gustos y antojos, haciéndola con ello una mujer muy feliz.
«La Chata de Anaya», una mujer líder
“La Chata”, durante su vida, cultivó infinidad de amistades y relaciones de todos los niveles, desde presidentes de la república, como el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, don Manuel Ávila Camacho, don Miguel Alemán Valdez, Lic. Adolfo Ruiz Cortines, con Gobernadores, Presidentes Municipales y muchos más, así como con los empleados de bajos niveles y trabajadores personales, con quienes siempre fue atenta, amable, obsequiosa y cariñosa, por ello cuando llegaba a cualquier lugar, le dispensaban toda clase de atenciones e invitaciones a comidas y fiestas, etc.
En el año de 1954, le tocó a don Manuel Ochoa presidir los festejos del Carnaval de Sayula, pero en virtud de sus ocupaciones y compromisos no pudo asistir; “La Chata” tomó las riendas de tales festejos y resultaron unas fiestas de carnaval muy alegres y vistosas, se inauguró el Lienzo de la Asociación de Charros “El Amigo” compitiendo charros de Lagos de Moreno, Tepatitlán y del D. F. En calidad de madrinas, presidieron las fiestas, las señoritas, Ana Rosa Chávez Arellano, Rosina Díaz y Díaz, Martha Chávez Bobadilla, Nina López Ávila, Ileana Ochoa Anaya y Araceli Arteaga Anaya.
“La Chata” organizó varios bailes, corridas de toros, y gran cantidad de eventos para reunir fondos a fin de reconstruir el templo de la Tercera Orden de San Francisco, desafortunadamente tuvo poca cooperación de parte de los Padres Franciscanos; por otra parte, no hubo eco ante el pueblo y finalmente el Instituto Nacional de Antropología e Historia se opuso rotundamente a que se continuara la obra. En resumen, la Chata Anaya, fue una mujer que hizo de la hospitalidad un arte, y de la amistad una religión.
Fue una mujer plenamente comprometida con su matrimonio con don Manuel, quien fue una persona muy reconocida por su honradez, capacidad y talento.
El día del sepelio de “La Chata” llevaron a Sayula los restos mortuorios de don Manuel Ochoa para ser inhumados junto con los de su esposa en el Cementerio “El Tepeyac” de esa ciudad, en la cripta familiar.
El señor Ochoa, era una persona que siempre tuvo por norma la amistad; su carácter afable, le ayudó para conquistar amigos y simpatías por todas partes donde actuó.
Sus antecedentes militares fueron: Subteniente, Teniente, Capitán Segundo, Capitán Primero (1916).
Falleció el 5 de agosto de 1972 en Guadalajara.
REFERENCIA
GUZMÁN Mora José de Jesús.San Gabriel, Jalisco y la recuperación oficial del antiguo nombre del pueblo, año 2021, Trabajo inédito en 85 páginas.
Gran personaje orgulloso de ser jalisciense