Por: Vianney Martínez Pérez
Autlán de Navarro, Jalisco.- El obispo de la Diócesis de Autlán de Navarro, Rafael Sandoval Sandoval, explicó la parábola de la cizaña entre el trigo y el granito de mostaza. Ambas las relacionó en cómo impactan los deseos en la vida de los fieles.
Las misas dominicales de julio continúan abordando las parábolas. La homilía del penúltimo domingo de julio retomó, nuevamente, el Evangelio de Mateo.
En el texto, Jesús contó a la muchedumbre dos parábolas: la cizaña sobre el trigo y el granito de mostaza. Por su parte, el obispo de la Diócesis de Autlán de Navarro inició su discurso agradeciendo la presencia de los fieles y la oportunidad de celebrar la eucaristía, una vez más:
«Que dichosos somos, hermanos, de que el señor nos dé su palabra como nos da la lluvia para que los campos se pongan verdes y haya frutos», dijo Rafael Sandoval.
Continuando, el sacerdote argumentó que la parábola del día hace referencia los deseos de la sociedad. Textualmente, Rafael Sandoval afirmó que, siguiendo los estudios de algunos filósofos y psicólogos, «uno es lo que desea».
«¿Cuáles son mis deseos? Por eso hay que estar atentos a lo que deseamos (…) A veces, nuestros deseos son grandes, sin embargo, nuestro deseo principal debería ser el de servir, como lo hizo Jesucristo», comentó el obispo.
El obispo hizo hincapié acerca de que en la actualidad las personas aspiran a cumplir lo que se considera «exitoso», dejando de lado los verdaderos valores y enseñanzas de la doctrina católica. En sus palabras, «aspiramos a lo grande, olvidando que eso no nos define como personas».
«Para Dios, lo grande es lo pequeño y lo pequeño es lo grande. No está mal desear ser grande, pero, ¿grandes en qué?», concluyó.
Lee aquí el Mt 13, 24-43, Evangelio analizado por el obispo de Autlán de Navarro.
MV