El cronista municipal, Guillermo Tovar Vázquez, nos habla de lo poco que cambia un pueblo en un siglo, o de los problemas as de Autlán en 1923.
Por Guillermo Tovar Vázquez | Historias de Plaza Pública
Los autlenses hemos dejado atrás el mes de octubre de 2023 recordando a nuestros muertos y afrontando algunos problemas recientes, especialmente los derivados de los huracanes y lluvias atípicas que vivimos en las últimas semanas.
En el horizonte ya se dibujan los nubarrones de un nuevo proceso electoral, que acaso traiga mucha animación, pero pocas sorpresas.
El ambiente de los últimos días de octubre es más bien festivo, con abundancia de festivales, concursos y demás actividades públicas en torno a la figura de la catrina, esa caricatura de la tradición mexicana.
Nuestros bisabuelos concluyeron el mes de octubre de 1923 con actividades y preocupaciones semejantes, muy distintas en lo aparente pero muy cercanas en esencia.
En una nota publicada por El Informador el 29 de octubre de ese año se describen escuetamente algunas de las actividades públicas que las familias de sociedad realizaron en esos días.
Los problemas en el Autlán de antes
No había concursos de calaveras literarias ni de disfraces de catrinas, tampoco alguien salió a las calles a pedir Jalogüín o a tirar huevazos a los transeúntes.
En cambio, la tarde del 15 de octubre en la finca que hoy ocupa el Instituto Autlense hubo una tertulia en la que, según consigna el corresponsal de El Informador, el padre Antonio García Radillo y la señorita Teresa Pelayo cantaron romanzas que fueron muy aplaudidas y que complementaron la actuación del Quinteto Sánchez.
Aunque los niños no salieron a pedir, en esta reunión se repartieron dulces a los niños pobres, además de “50 vestidos de niños y 50 de niñas”. La nota no aclara si estos vestidos eran o no de catrines.
Todavía no existía la Semana Cultural Universitaria, pero el día anterior a esta fiesta el señor Luis Topete Bordes dio una conferencia a los integrantes del Consejo de los Caballeros de Colón y de la Sociedad de Damas Católicas, con el tema de la caridad.
Esta conferencia se llevó a cabo en el salón conocido entonces como La Notaría y que hoy todavía algunos llaman el salón Ahumada, anexo a la parroquia del Divino Salvador.
Si en 2023 los autlenses todavía padecemos los estragos y los problemas del huracán Lidia, además de la tormenta atípica del 25 de septiembre, los de 1923 también lamentaban los daños que causaron las lluvias en el mes de octubre.
De acuerdo a los cálculos de aquel tiempo, las pérdidas en la hacienda Lo de León, de don Vidal Corona, y en el rancho de don Francisco Rosas, cercano a El Grullo, fueron de 25 mil de aquellos pesos. Cuyos campos “se convirtieron en lagunas y otros en pantanos”.
Nueve mil hectólitros de maíz se llevó la corriente de agua de Lo de León.
La política
Si hoy ya comienzan a menudear los movimientos entre partidos políticos y a proliferar los anuncios de sus logros, en 1923 también había efervescencia política, en preparación de los comicios que se celebrarían en 1924.
Al terminar octubre de 1923 ya había cuatro planillas conformadas: la de los Terratenientes, la del Club Vicente Guerrero, la del Club Zaragoza y la del Sindicato de Agricultores Pobres, que aglutinaba a los agraristas.
En 2023 el mariachi tradicional es asunto de conferencias y sesudos estudios. En su reciente visita a la biblioteca Antonio Alatorre del Centro Universitario de la Costa Sur, el grabador y músico de mariachi don Cornelio García Ramírez ofreció volver a dar un concierto didáctico de mariachi tradicional a los alumnos de la licenciatura en Artes, propuesta que fue recibida con agrado.
En 1923 los arpones, como eran llamados entonces los mariachis, eran considerados música corriente, vulgar, propia de gentes sin gusto ni conocimiento de las altas manifestaciones musicales.
¿Será que en 2123 nuestros bisnietos verán conferencias y conciertos didácticos de sierreño y corridos tumbados?
Fuentes:
- Por Autlán, nota publicada en El Informador el lunes 29 de octubre de 1923, página dos.
- MATA Torres, Ramón. El Mariachi, Guadalajara, 1993.
- MEDINA Lima, Ernesto. Crónicas de Autlán de la Grana, Jalisco, 2000.
