Por: Álvaro Díaz
Autlán de Navarro, Jalisco. 31 de marzo de 2022. (Letra Fría) La subjetividad del «buen gusto» es disipada por el raciocinio consciente del SENTIDO COMÚN.
Podríamos pasarnos horas y páginas y páginas de texto debatiendo y desmenuzando el concepto y las interpretaciones de lo que es el buen gusto en la moda y en el vestir.
Y aunque hay quienes difieren y señalan que el buen gusto es relativo ya que, lo que es bueno para algunos no lo es para otros, que en términos prácticos no existe, o incluso, que el buen gusto lleva al elitismo social. Yo totalmente me inclino a que es uno de los elementos más importantes a la hora de construirnos una imagen personal y pública, ya que al hablar de buen gusto remitimos automáticamente a otros conceptos como lo son la clase, a lo refinado, lo armonioso, lo equilibrado, calidad, elegancia, distinción, que son conceptos y/o estilos que nos encaminan al objetivo de ser mejores.
Es innegable que cuando decimos que alguien tiene buen gusto, es sin duda, un cumplido en sentido positivo.
La admiración y el reconocimiento por el buen gusto nunca pasará de moda, porque incluso para actualizarse, para estar a la vanguardia o hasta para romper las formas hay que tener buen gusto.
El buen gusto no tiene que ver ni con la clase social ni con el poder adquisitivo, y debo reconocer que no se si es algo que se puede aprender o simplemente ya se trae. Hay personas tan humildes o de recursos limitados a las que ves siempre bien vestidas, que se distinguen por su buen gusto en todo, tienen el don de incluso entre la ropa más barata, seleccionar lo que mejor les va y lucen con clase. Por el contrario, hay quienes en las tiendas y almacenes de más prestigio elijen lo peor de lo más caro ,y lejos de abonar a una mejor imagen totalmente, se perjudican.
Y este sentido del buen gusto va más allá de la moda y el estilismo, se nota en la decoración, en seleccionar la música para ambientar un evento, en la elegancia de un buen show de entretenimiento, en saber decir, hacer y colocar justamente lo correcto en el lugar correcto y en el momento correcto cumpliendo con el papel que a cada quien y a cada cosa corresponde, porque, como lo dije al principio, el buen gusto en gran medida es dirigido por el sentido común.
Lucir un traje de baño escotado y sensual en una playa exótico en un viaje de solteros puede resultar bastante bien, pero lucir ese mismo traje de baño en una albercada familiar puede ser de mal gusto.
Divertirte, jugar, carcajearte y echar relajo en un ambiente de fiesta en un bar o una cantina es lo que corresponde, pero hacer eso mismo en una ceremonia solemne definitivamente sería de mal gusto.
Sencillamente creo que tener «buen gusto» siempre será un cumplido agradable aquí y en China, lo ha sido en el pasado y lo seguirá siendo siempre.
Bonito jueves y excelente fin de semana.
MA/MA
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