Por: Carlos Efrén Rangel | Un letrero en la pizarra
Autlán de Navarro, Jalisco.- Deseo de todo corazón que Wendy Guevara gane en “La Casa de los Famosos”. No soy consumidor del programa de televisión que revivió al reality “Big Brother”, pero numerosos clips de video, noticias y memes, inundan las plataformas que sí consumo y en ellas, se muestra protagónica a Wendy, una chica trans de narrativa ocurrente, de actitud desenfadada quien honestamente, un par de veces me ha hecho reír, y otras tantas reflexionar.
Wendy me recordó a la maestra Natalia, una exalumna de la Unidad 143 de la UPN en Autlán, quien en el proceso de estudiar la Licenciatura en Pedagogía de la que es egresada, logró la transición legal para que el mundo la reconozca como ella a sí misma. La entrevisté para la quinta edición de la Revista Mediadores, que hacemos docentes y estudiantes de la UPN.
Natalia Preciado es maestra de preescolar, de las primeras personas transexuales que en Jalisco ingresaron al servicio público, su tesis como no podía ser de otra forma, sistematizó y reflexionó su experiencia dando clases, aprendiendo de los pequeños de preescolar quienes no tuvieron resistencias en reconocerla como lo que es: una maestra que fue a enseñarles y a aprender con ellos.
De esa entrevista, dos ideas me han resultado relevantes cuando me aparecen clips de Wendy Guevara, para evitar la condena inmediata de quien califica estos programas como basura y como imbéciles a quien encuentra un poco de entretenimiento en ellos, dijo Natalia: “Las personas trans, somos personas y tenemos una vida tan común como las personas cisgénero. Así que aprendamos a escuchar otras situaciones, a ponernos en sus zapatos y que los privilegios que tenemos no nos hagan ser egoístas”.
En medio del contenido intranscendente que abunda en el programa de televisión, Wendy ha compartido situaciones que tenemos que aprender a escuchar sin ser egoístas: con naturalidad, de forma muy orgánica, ha compartido situaciones de violaciones, pobreza, acoso, la necesidad de recurrir al trabajo sexual, la hipocresía de hombres y mujeres que públicamente la desprecian, pero que en la clandestinidad la contratan.
La última semana, que estuvo nominada, además de explicar con peras y manzanas los terribles saldos de la homofobia y la transfobia, también puso en la agenda un debate sobre los privilegios de clase: contó cómo tuvo que dormir en un tejabán y apenas poder comer una tortilla, mientras que su compañero, el cantante Apio, hablaba sobre rentas en Polanco, uno de los barrios de mayor plusvalía en el país. Wendy se plantó a defender la dignidad de personas de su clase social, de recordarles a Sergio Mayer, a Poncho de Nigris y a todos los demás que están ahí, que ellos disfrutan la cima de la pirámide, porque cientos de miles en pobreza, sufren en la base de esa pirámide y mientras la base admira a la cima, la cúspide desprecia a quienes los sostienen. Wendy ha contado decenas de historias que demuestran que la meritocracia es una mentira, un fraude.
La segunda idea que me quedó marcada en la entrevista con Natalia, fueron las tareas que tenemos los profesionales de la educación en la misión de reducir esas brechas de privilegios al reconocer el mosaico multicolor que nos conforma con la diversidad de raza, género, nivel socioeconómico, lenguaje de señas, idiomas indígenas, “son las realidades de miles y merecen el respeto y trato como cualquier persona. La diversidad en México es enorme y eso nos hace ser únicos y hermosos”. La segunda tarea es evitar la censura a esa diversidad.
Wendy ha visibilizado en pocas semanas problemáticas añejas y lacerantes, les puso rostros y nombres al relato con los muchos datos que flotaban por ahí que muestran los enormes privilegios que unos despilfarran y a otros se les niega. Ahora viene evitar la censura, establecer un filtro crítico y reconocer que, aunque lo haga en un espacio de entrenamiento fatuo, en un medio tradicional más bien enajenante, ha apedreado tan duro al clasismo, al racismo y la transfobia que no tengo empacho en desear que siga superando nominaciones.
Muchas causas justas ya están ganando con Wendy en la tele y con Natalia en los salones.
MV
