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Arriba las sirenas negras

Por: Carlos Efrén Rangel | Un letrero en la pizarra

Autlán, Jalisco.- Soy muy feliz de vivir en una época en la que, para la gran mayoría de las personas, es una causa relevante reivindicar los derechos de grupos sociales tradicionalmente menospreciados. En los años que corren es bien visto ser feminista, gay-friendly, manifestarse contra el racismo e incluso, el promover los derechos de animales da brillo personal. Es una gran noticia, porque estas posturas abren la puerta a que la humanidad se reconozca integral en su diversidad, y que dejemos al descubierto que las hegemonías desde las que algunos gobiernan y acumulan capital no son naturales, ni divinas, pero sí terriblemente injustas, por lo tanto, deben ser derribadas. 

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En las salas de cine local está en cartelera la versión que Disney hizo con actores humanos de su clásico animado “La Sirenita”, que a su vez es la adaptación de un cuento de hadas del escritor danés Hans Christian Andersen. Por si alguien no lo recuerda, la multinacional del entretenimiento y los parques temáticos, decidió que la protagonista de la historia tuviera rasgos afroamericanos y no la piel blanca y el cabello rojizo propio de las gélidas tierras donde se concibió su historia. 

Era previsible que se abriera un encarnizado debate, que por supuesto, aterrizó en mi salón, situación que me animó a traer mi postura a las pantallas de su celular o de su computadora. Gracias por seguir leyendo. 

La vida está llena de reinterpretaciones narrativas y me referiré solo a una. De ni chiste Jesucristo fue el varón rubio de inmaculados caireles sobre un perfil afilado que enmarcan unos ojazos de cielo; esa fue la versión con la que pintores europeos adaptaron a las condiciones de su época y contexto un mensaje que a su juicio era vigente y oportuno difundir; de ahí que no me espanta en lo más mínimo que Ariel sea negra. 

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Sin embargo, y les decía a mis estudiantes que se identifican como activistas o cuando menos como simpatizantes de los movimientos reivindicadores, que la cultura de la cancelación y la reinterpretación de historias viejas a los valores actuales, son un espejismo que les convendría repensar si en el mediano plazo, tendrá los efectos que buscan. Dejen me explico. 

Las simpatías que recogió el Pride 2023 incluso en ciudades medias o antaño ultraconservadoras como GDL, la avalancha de respaldo que cada 8M capitalizan los movimientos feministas, están alimentados entre otras cosas por la conciencia histórica, pues quienes vivimos en esta época, tenemos muy presentes que no hace mucho tiempo, amar a alguien de tu mismo sexo representaba la condena a la exclusión social y a la ridiculización, y que aún en los entornos más familiares, estaba más acentuado que las mujeres fueran tratadas como seres de segunda. 

Esos valores de épocas anteriores, aunque recientes, se materializaron en canciones, películas, series de televisión, anuncios publicitarios y libros, que dejarlos vivir y morir como están, mantienen también vigentes que las causas por las que se lucha están históricamente justificadas y las consecuencias de no atenderlas son nefastas. Al cancelar o modificar historias y canciones racistas, machistas u homofónicas también se diluirá la causa de la lucha. 

El pasado es un argumento de peso, pero la lucha por el futuro se debe de dar en el presente. Les corresponde a las nuevas generaciones de escritoras, músicos, compositoras, cineastas, creadores de contenido, narrar historias congruentes con los valores de esta época. Antes de exigirle a DC que en su próxima aparición Batman se bese con Robin para garantizar la inclusión de la comunidad gay, es momento que tallen el lápiz y construyan personajes feministas, gay friendley y representativos de la diversidad racial que en un mano a mano taquillero venzan al Caballero de la noche, tan blanco y tan millonario patriarcal. 

Mientras tanto, mutilar la historia o reinterpretar narraciones viejas con valores vigentes, hacen ganar batallas que tristemente, no me parece que anticipen victorias completas, generarán el entusiasmo de la famosa niña que entrevistaron sobre el tema: “Mm, no las tenemos que discriminar, arriba las sirenas negras”. 

CAC



Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Educación Básica.

Actualmente es profesor de español en secundaria y de Maestría en la Unidad 143 de la UPN. Desde los 17 años ejerció como reportero y comunicador en radiodifusoras y periódicos locales en Autlán. Aficionado práctico de la literatura, la crónica taurina y las columnas de opinión.

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