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Derecho al voto para las mujeres mexicanas | Hipatia@22

En nuestro país a 67 años de distancia, las mujeres siguen emprendiendo acciones para incorporarse a la política en igualdad de circunstancias que los varones, sin embargo, aún no podemos hablar de una paridad sustantiva, porque para ello, además de que las mujeres voten, tengan la posibilidad de afilarse a algún partido político y postularse para un puesto popular, hace falta un cambio en la mentalidad de los mexicanos para que pueda aceptar que una mujer tiene la capacidad de dirigir y administrar desde una localidad pequeña hasta el país.

Por Verónica Guerrero Aranda

Autlán de Navarro, Jalisco. 05 de julio de 2022. (Letra Fría) Este 3 de julio se cumplieron 67 años de que la mujer mexicana tuvo acceso al voto en unas elecciones federales; fue en la ocasión que se elegía a los diputados federales para la XLIII Legislatura.

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Para ello hubo una serie de intentos antes de que se concretara, entre ellos fue fundamental el Primer Congreso Feminista que se llevó a cabo en Yucatán el día 13 de enero de 1916; en el teatro Peón Contreras aproximadamente 600 mujeres discutieron los siguientes temas: 

1) Los medios sociales para liberar a las mujeres del “yugo de las tradiciones”;

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2) El papel de la escuela primaria “en la reivindicación femenina”; 

3) Las “artes y ocupaciones” para preparar a la mujer para el progreso; y

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4) “Las funciones públicas que puede y debe desempeñar la mujer a fin de que no solamente sea elemento dirigido sino también dirigente de la sociedad”.

Francisca Ascanio, postulaba la igualdad intelectual de mujeres y hombres; cuestionaba que a los hombres no se les pidiera preparación, pues los incultos votaban; y, como lo hiciera Olimpia de Gouges y Mary Wolstonecraft a fines del siglo XVIII, afirmaba que no le parecía natural que a las mujeres sólo les estuviera reservado cumplir las leyes, sino que debía hacerlas también. Hay que recordar que las mujeres de esa época no tenían el derecho de votar, mucho menos de ser votadas.

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En el año de 1923, en México se celebró el Primer Congreso de la Liga Panamericana de Mujeres en donde se resolvió enviar al Congreso de la Unión una petición de igualdad de derechos políticos para hombres y mujeres.

En 1937, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, se lanzó la iniciativa de reformar el artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; por primera vez se hizo la solicitud de incluir el derecho a la mujer de votar y obtener cargos de elección popular, sin embargo, no prosperó.

Para el 6 de abril de 1952, más de veinte mil mujeres se agruparon en el Parque 18 de marzo de la Ciudad de México, para exigir a Adolfo Ruíz Cortines que cumpliera su promesa de incluir en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser electa.

El 17 de octubre de 1953, con Adolfo Ruíz Cortines, ya de presidente de la república, se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto donde se anunciaba la promulgación de las reformas constitucionales, otorgando a las mujeres el derecho a votar y ser votadas.

Pero no fue hasta el 3 de julio de 1955 que las mujeres acudieron por primera vez a emitir su voto.

A nivel mundial fue pionero Nueva Zelanda 1893 y Finlandia 1906. En América Latina, el primer país en permitir a las mujeres votar fue Ecuador en 1929; Chile y Uruguay en 1931. Y aunque parezca imposible, Arabia Saudí apenas en 2011 permitió a las mujeres votar, y en algunos países árabes es muy complicado que las mujeres voten, por ejemplo, donde dominan los Talibanes.

En nuestro país a 67 años de distancia, las mujeres siguen emprendiendo acciones para incorporarse a la política en igualdad de circunstancias que los varones, sin embargo, aún no podemos hablar de una paridad sustantiva, porque para ello, además de que las mujeres voten, tengan la posibilidad de afilarse a algún partido político y postularse para un puesto popular, hace falta un cambio en la mentalidad de los mexicanos para que pueda aceptar que una mujer tiene la capacidad de dirigir y administrar desde una localidad pequeña hasta el país.

De cualquier forma, es una fecha que debemos de celebrar, pero sobre todo debemos valorar todo el trabajo previo que realizaron mujeres valientes incluso a muchas de ellas les costó la vida, para que nuestra generación pueda tener la posibilidad de participar en la vida pública, y es nuestro trabajo continuar para conseguir, preservar y heredar a las nuevas generaciones este y otros derechos.

Agradezco como siempre el favor de su lectura, los invito para que dejen sus comentarios, por último, espero que tengan un agradable día y nos encontraremos en la próxima emisión.

MA/MA

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